La cuarta entrega de 'Spartacus: la guerra de los condenados' se estrena en Cuatro

MADRID, 22 (CHANCE/NOEMÍ LÓPEZ) Han crecido en número, están mejor preparados y se han convertido en un ejército temible. Sedientos de venganza y condenados por la república, los hombres de Espartaco amenazan al imperio romano para destruir todo lo que representa.

MADRID, 22 (CHANCE/NOEMÍ LÓPEZ)

Han crecido en número, están mejor preparados y se han convertido en un ejército temible. Sedientos de venganza y condenados por la república, los hombres de Espartaco amenazan al imperio romano para destruir todo lo que representa.

Luchan contra la opresión y están dispuestos a pagar por su vida. Este es el leit motiv de "Spartacus: la guerra de los condenados", cuarta y definitiva entrega de la serie que Cuatro estrena este miércoles a partir de las 00:30 horas.

Producida por Sam Reimi ("Spiderman"), protagonizada por Liam McIntyre ("The Pacific"), Manu Bennett ("El Hobbit") y Simon Merrells ("Las nuevas aventuras de Robin Hood"), "Spartacus" llega a su final.

Con grandes efectos visuales y con una marcada estética cómic, señas de identidad de la saga, la serie de Starz ha sido rodada íntegramente en Nueva Zelanda, traducida a quince idiomas y emitida en más de 150 países.

Tras la derrota de Cayo Claudi Glaber, el ejército rebelde liderado por Espartaco (Liam McIntyre) y sus generales Crixus (Manu Bennett), Gannicus (Dustin Clare) y Agron (Dan Feuerriegel) siguen acumulando victorias sobre Roma. Ahora son una fuerza imparable que ha comenzado a desafiar incluso a los ejércitos más poderosos de la república y se preparan para una guerra total contra Roma.

Ante esto, el Senado recurre al poderoso político Marco Craso (Simon Merrells), que no cometerá los mismos errores que sus antecesores, ya que este ha estudiado a sus rivales, sus movimientos y motivaciones, y está convencido que puede aplastar a Espartaco y a la rebelión.

Durante su camino a Roma, el ejército de Espartaco crecerá con la llegada de los cilicios, un grupo de piratas despiadados. Pero cuando los dos grupos unen sus fuerzas, crece la desconfianza entre ellos y mientras que los rebeldes de Espartaco luchan por la libertad, los cilios se mueven únicamente por dinero.

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