
Visualice por un momento Jerez de la Frontera (Cádiz) y Marsella (Francia). ¿Sabe cuántos camiones caben uno detrás de otro, en sus 1.600 kilómetros de carretera? Fenadismer, la patronal de los transportistas, y elEconomista los han contado. 100.000 camiones. Exactamente los que se han perdido con la crisis. No menos de 250.000 empleos y el fin de pequeñas empresas y autónomos.
La cifra es desoladora en un crisis que ha afectado a todos los sectores. También al transporte de mercancías. Bajarse del camión no resulta fácil, pero la situación de la economía y la caída de las ventas ha hecho inviable un negocio al que le han salido serios rivales en la carretera que amenazan con quedarse con el negocio a precios de derribo. Según Fenadismer, han aparecido en el mercado grandes operadoras de transporte que están acaparando cuotas de mercado con fines especulativos sometiendo a los pequeños transportistas a trabajar por debajo de costes
Fernando Teijeiro, presidente de Ascentra, la asociación coruñesa de empresarios del transporte, asegura que se trata de grandes operadores, en muchos casos multinacionales extranjeras que están acaparando grandes cuotas de mercado de las principales fábricas y empresas de distribución de nuestro país a base de "reventar los precios" ofertados por la realización de los servicios, entrando en ámbitos que venían prestando pequeños transportistas en la zona donde se desarrollan estos servicios.
Según Teijeiro, una vez que los operadores se hacen con el servicio, expulsando a los camioneros de siempre, son invitados a trabajar para ellos, haciendo la misma labor pero a un precio inferior, incluso trabajando por debajo de costes. "Los grandes operadores entran en grandes empresas con rebajas de precios y provocan políticas anticompetitivas. Desestabilizan el mercado y afectan al eslabón más débil de la cadena que son los transportistas, pymes y autónomos que se ven obligados a trabajar con pérdidas", denuncia el portavoz de Ascentra.
La amenaza del 'dumping'
Es el fenómeno conocido como dumping o competencia desleal y que consiste en vender un producto a un precio inferior al coste incurrido para producirlo, con el objetivo de competir más eficazmente en el mercado. "La situación es insostenible", dice Teijeiro.
Los datos ponen blanco sobre negro la dificultad de los camioneros para llegar a fin de mes. La presión de los grandes rebaja el precio no menos (y sí más, en la mayoría de los casos) de un 10%, cantidad a la que hay que sumar el 35% que ha ido cayendo progresivamente los ingresos en estos años de crisis. "Se cubrían costes, pero sin contar la amortización", apunta Fernando Teijeiro. "Ahora ya ni eso", dice sabiendo el riesgo que supone un camión en carretera que no ha pasado las revisiones necesarias. Las reparaciones son muy caras y hay transportistas autónomos que no pueden pagarlas, lo que les obliga a deshacerse del camión ya que, obligatoriamente, cada dos años tienen que pasar la ITV, por lo que deben tener el vehículo en regla para renovar su Tarjeta de Transportista.
Los camioneros han hecho sus cálculos. Se necesita de media unos 1.700 euros al mes para funcionar y pagar la Seguridad Social en el caso de los autónomos. Por su parte, el Observatorio del Gobierno contabiliza el precio de 1,30 euros el kilómetro para que sea rentable. Ahora está en 0,70 euros. Por debajo de ese precio, se trabaja a pérdidas, se lamenta el responsable gallego. "Trabajar por menos no compensa y obliga a vender el camión". Es doloroso, pero la mayoría de los vehículos se están vendiendo al extranjero, sobre todo a África y a Europa del Este, y muchas veces se venden casi a precio de chatarra. En cinco años se ha cuadruplicado el porcentaje de camiones y furgonetas que se dan de baja por venderse en el extranjero.
Batalla en Lugo
Los camioneros suman y siguen peleas cada día, aunque la caída del crudo les haya dado una tregua. Su última gran batalla se ha librado con éxito con el grupo Celta, pero no ha sido fácil. Los aproximadamente 70 pequeños transportistas que trabajan para Leche Celta (situada en Lugo, Meira, y perteneciente al grupo portugués Lactogal) han visto muy seriamente amenazado su trabajo por la entrada en juego de un grupo logístico español de transporte "con sede en más de 30 países". Finalmente el conflicto ha acabado en acuerdo hasta finales de año con un pequeña rebaja del 1% en el precio del combustible que paga la empresa.
"No sabemos qué pasará a finales de año, pero es una batalla ganada que nos da fuerza", dicen responsables de un sector donde ya sólo circulan 300.00 camiones. Exigen a la Administración que no mire para otro lado y ponga coto a estas prácticas que rompen con la ley de libre mercado. "¿Cómo se explica si no que el grupo francés Norbel Desentragere en 2014, en plena crisis en la que el negocio ha caído un 2,98%, ellos han crecido un 14% en España? Eso solo se entiende por prácticas fraudulentas", dice Teijeiro.
De momento, el camión no para, pero es sólo una tregua hasta que el Gobierno adopte un compromiso político real, que ya cuenta con el apoyo de Bruselas.