BUENOS AIRES (Reuters) - La presidenta argentina, Cristina Fernández, decretó el viernes la derogación de un controvertido impuesto móvil a las exportaciones de granos, que desató la furia del sector agropecuario y hundió al Gobierno en una profunda crisis política tras cuatro meses de conflicto.
El decreto, que regirá a partir del próximo lunes cuando se publique en el boletín oficial, retoma la política arancelariaprevia a la polémica resolución, con una alícuota fija que para la soja, la principal exportación del país, quedará en el 35por ciento.
La presidenta decidió dar marcha atrás después de que el Senado diera un duro golpe el jueves al negar el apoyoparlamentario que reclamaba el Gobierno, con el voto decisivo del vicepresidente Julio Cobos.
"Tal vez más adelante" se envíe un nuevo proyecto impositivo al Congreso, dijo a Reuters el jefe de Gabinete, AlbertoFernández, tras anunciar la medida.
Los productores agrícolas de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos, celebraron laanulación del impuesto, aunque se mostraron cautos.
"Se acabó el conflicto", dijo a la televisión Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Pese a que aplaudió la decisión del Gobierno, una de las entidades que representa a los productores de baja escalareclamó otros cambios en las políticas oficiales para el sector.
"Celebramos (la medida). Ahora veamos cómo a los productores pequeños y medianos se les mejoran lascondiciones", afirmó Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina.
El Gobierno anuló el esquema de retenciones móviles, pero también las compensaciones que había anunciado durantelos últimos cuatro meses para los pequeños y medianos productores, con las que buscaba destrabar el conflicto.*,