
En un país donde más de la mitad de la población no puede permitirse comprar nada más que los productos de primera necesidad, puede resultar tentador obtener un crédito fácil y rápidamente. Así lo ha pensado Oleg Boyko, un empresario ruso que ha instalado cajeros automáticos que conceden préstamos de forma casi instantánea. ¿La contrapartida? Unos intereses de usura, con una tasa del 2% al día, lo que equivale a 730% sobre una base anualizada.
El funcionamiento es el siguiente: en lugar de introducir la tarjeta de débito o crédito se introduce el documento de identidad, que la máquina escanea. Luego, hace una fotografía al cliente, que debe teclear acto seguido su número de teléfono, junto con sus datos y el importe que quiere pedir a cuenta. Minutos más tarde, recibirá un mensaje de texto en su móvil con la confirmación e instándole a regresar al cajero para retirar el dinero.
La operación se completa en unos quince minutos y el máximo que se puede solicitar son 15.000 rublos, equivalente a unos 240 dólares, que tienen que ser devueltos en un plazo máximo de 20 días.
Hace menos de un año (mayo de 2014) que este tipo de dispensadores de crédito comenzaron a instalarse en Moscú, principalmente en estaciones de tren y centros comerciales, y actualmente hay 20 en toda la ciudad. La idea se le ocurrió a Oleg Boyko, un multimillonario ruso que amasó su fortuna con el negocio de las tragaperras. El juego está prohibido en Rusia desde 2009, pero Boyko sigue controlando una amplia red de empresas en el país. Una de ellas, SMS Finance, es la que se encarga de los cajeros de préstamos inmediatos.
Con el desplome del rublo y la incipiente crisis económica del país, las entidades financieras tradicionales han limitado la concesión de crédito y endurecido las condiciones para acceder al dinero prestado. Sin embargo, según recuerda Bloomerg, para muchos ciudadanos rusos es la única manera de llegar a fin de mes, lo que ha dejado el terreno abonado a los cajeros de SMS Finance, que planea extender su red por el país asiático. De hecho, la empresa prevé continuar con su experimento de cajeros de créditos en otros países como Polonia o España.