
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) no levanta cabeza desde que la Guardia Cilvil irrumpió en el Palacio de Longoria en verano de 2011 y detuvo al entonces presidente, Teddy Bautista, por un presunto delito de apropiación indebida.
La caída de la recaudación, las elevadas deudas y los problemas de gestión han llevado a la entidad que preside José Luis Acosta, que hoy se enfrenta a unas elecciones anticipadas con José Miguel Sastrón como principal opositor, a cerrar 2013 con un patrimonio neto negativo de 8,5 millones.
Este agujero obligaría a los artistas a renunciar a un mayor porcentaje de sus ingresos para mantener a flote la entidad. Los socios dan un 14% de sus derechos a la SGAE para financiar su funcionamiento, pero la situación de debilidad actual obligaría a la actual Junta Directiva a elevar el descuento hasta el 20% para cubrir el desfase, algo que se han negado a plantear.
Pese a esta postura, el auditor de las cuentas, que han sido rechazadas dos veces por los socios desde verano, ha llamado la atención sobre la debilidad de la entidad y ha puesto en duda su viabilidad. Así, el auditor asegura que para lograr el restablecimiento financiero y patrimonial de la SGAE, la recuperación de sus activos, la liquidación de los pasivos y el pago de los compromisos financieros del Grupo Fundación SGAE, dueña de los teatros, la entidad de gestión debe "reducir sus costes operativos y/o incrementar sus ingresos por recaudación".
La sociedad podría verse obligada, según el auditor, a quedarse más fondos de los derechos no identificados sin repartir (superan los 194 millones) o subir los porcentajes de administración.
Las cuentas de 2013, que no han sido aprobadas por la Asamblea de la SGAE ante las críticas a la gestión de la actual Junta Directiva arrojan unas perdidas de 5,01 millones de euros.
Los ingresos han caído un 43%, hasta los 44,9 millones y el resultado de explotación fue negativo en 13 millones. La facturación ha caído tanto con respecto a 2012 porque ese año la dirección usó la caja de los derechos sin identificar tras reducir los plazos para que prescribieran.
A su vez, la sociedad ha visto cómo la recaudación por derechos de autor caía en picado en los últimos cuatro años. En 2010, recaudaron 341,2 millones y en 2013, llegó a los 248,4 millones.