La banca española coronó en 2014 su mejor resultado en seis años. El conjunto de bancos, antiguas cajas de ahorros y rurales ganó 12.054 millones de euros, cifra que mejora en un 37,13% al ejercicio previo y supone el mayor importe desde 2009, antes, incluso, de la oleada de fusiones desatada para encarar los apuros de la crisis y de que los cuantiosos saneamientos arrastrasen a la industria a pérdidas jamás vistas.
Si se incluye a los establecimientos financieros, cuya actividad en crédito al consumo fue la primera en despertar, el resultado escalaría a 12.655 millones y habría que remontarse a 2008, incluso otro año atrás, para encontrar un mejor registro -ganaron 12.517 millones-, como revelan las estadísticas del Banco de España. Queda aún lejos, en todo caso, de los 25.000 millones largos firmados como récord antes de que la fuerte exposición en el ladrillo tomada durante la alegría inmobiliaria estallase en los balances cuando el país se precipitó a la recesión.
La mejora es generalizada en todas las entidades que han presentado resultados y los cimientos construidos, en forma de saneamientos y colchones de capital, deberían contribuir a facilitar el recorrido a futuro. Pero la progresión no responde todavía a un significativo empuje de los ingresos pese a que el nuevo crédito a familias y pymes avanzó un 11,4% y el dinero se mueve desde imposiciones que cuestan dinero en forma de retribuciones al ahorro hacia productos generadores de comisiones como son los fondos de inversión, cuyo patrimonio crece a doble dígito.
Pérdidas sin las plusvalías
Los motores de la mejora en resultados fueron, de hecho, los grandes ahorros en provisiones, costes y en la remuneración del pasivo y la realización de plusvalías. "Si se excluyeran los ingresos percibidos por la venta de carteras de renta fija o las plusvalías por otras operaciones financieras, la mitad de las entidades que han publicado resultados hasta la fecha habría incurrido en pérdidas", según señala Analistas Financieros Internacionales (Afi) en un informe que compendia las cuentas nacionales del Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Bankinter.
Por vez primera en años, el margen de intereses sube porque los nuevos préstamos se conceden a precios superiores y, sobre todo, gracias a la reducción de la retribución de los depósitos a plazo entre 70 y 80 puntos hasta el 1,7%. De forma excepcional la comparativa se encuentra favorecida porque tuvieron que restar más de 800 millones a las cuentas de 2013, minorando el resultado de forma retroactiva, al cargar las aportaciones al Fondo de Garantía para sufragar el rescate de los preferentistas de antiguas cajas ayudadas.
Los ahorros son de múltiple vertiente. Por un lado, los gastos de explotación caen casi un 7% fruto de los ajustes derivados de las fusiones. Desde 2008 el paisaje bancario ha mutado por completo: el anterior censo de 70 entidades de dimensión grande y mediana queda reducido en una quincena, cuyo número de sucursales ha caído un 29,44% -hasta septiembre habían desaparecido 13.458 locales y quedaban 32.249- y han extinguido 57.857 empleos, dejando las plantillas en 212.998 trabajadores en 2013, último dato publicado por el Banco de España.
Son además procesos inacabados en la medida que meter tijera es la fórmula más rápida para recuperar rentabilidad mientras el negocio flaquea, y cuando quedan absorciones pendientes como la de Barclays por Caixabank o Catalunya Caixa por BBVA.
Otro foco nada desdeñable en el que empezaron a economizar recursos es en las provisiones, permitiendo incluso desdotar fondos gracias a que ya se venden los pisos a precios superiores a los contabilizados y a que la morosidad cae. Las entidades cargan todavía con 172.603 millones en préstamos dañados o el equivalente al 12,51% del stock financiado, pero el lastre minoró en 24.631 millones el pasado año. Eso sí, tras reforzar al máximo los balances puesto que entre 2004 y 2008 destinaron 280.000 millones a saneamientos.
A juicio de Afi, las cuentas mejorarán este año en gran parte por una continuidad de los mismos resortes: un margen financiero al alza "debido al recorrido a la baja de los costes del pasivo", "contención de gastos" y ahorros en provisiones.
Cierre de mil oficinas y recorte de 5.800 empleos
