José Manuel González Páramo, que fue consejero del BCE, acaba de ser nombrado presidente para Europa de Transatlantic Business Dialogue, foro que impulsa un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la UE. Según explica en su entrevista con el elEconomista, España y Alemania son las economías que "van a tirar del área del euro este año".
¿Qué opinión le merece la propuesta del Gobierno griego para reestructurar la deuda a través de un canje con dos tipos de bonos?
La idea de los bonos perpetuos no tiene encaje. La financiación de los Gobiernos es una prohibición absoluta del estatuto del BCE y del Tratado de Maastricht.
¿La troika podría ser más flexible?
Cualquier programa se puede negociar, pero siempre va a exigir medidas de reestructuración de la economía griega, que sigue sin recuperar la senda de la competitividad y no puede vivir con respiración asistida para siempre.
¿Se revivirá otra crisis de deuda?
No se revivirá un escenario tan grave como el de 2012 porque Europa se ha dado a sí misma instituciones y salvaguardas que permiten asegurar que el futuro del euro no depende ya de Grecia.
¿Y los mercados?
La volatilidad es absolutamente normal. El nuevo Gobierno griego un día negaba legitimidad a la troika y al día siguiente había una propuesta a la troika. Esto alimenta la volatilidad, y no se estabilizarán las cosas hasta finales de febrero, cuando tiene que tener lugar un pago importante y se sabrá la posición del Eurogrupo.
¿Grecia fuera del euro?
Es el menos probable de los escenarios, pero desafortunadamente su probabilidad no es cero.
¿Si sale del euro habrá contagio?
A corto plazo, el contagio será pequeño, pero a medio y a largo plazo no sería bueno que se probara que el euro es reversible.
¿Se puede hacer algún paralelismo entre Grecia y España?
No. Se mire como se mire: en tamaño de la economía, del sistema financiero, situación económica, posición en el ciclo, ritmo de creación de empleo, solidez del sistema bancario... no es posible ver ese paralelo entre Grecia y España, y el mercado no lo ve tampoco.
Grecia no es España... ¿y Syriza no es Podemos?
Syriza lleva cuatro años en la arena política, Podemos tiene meses. Pero lo relevante de cara al futuro no es quien gobierne, sino la estabilidad que proporciona al marco político. Sin estabilidad no se puede entender que estemos creciendo en más de 400.000 empleos al año y posiblemente éste y el que viene lleguemos al medio millón.
¿Sería buena una reestructuración de la deuda española, como reclama Podemos?
No, en absoluto. España tiene que seguir por el camino emprendido. La dialéctica de las quitas es algo que uno entiende en países emergentes recalcitrantes, pero no en el caso de España. Los compromisos están para cumplirlos. La confianza en la economía española depende de que quien invierte aquí y nos presta crea que vamos a cumplir los compromisos. En eso nos diferenciamos de economías emergentes en otras partes del mundo.
¿Qué crecimiento espera para España este año, dado el cóctel favorable de petróleo barato, estímulo del BCE y el tipo de cambio?
Apuntamos a un avance por encima del 2%. Es un buen ritmo, porque si ya creamos empleo con tasas de crecimiento del 1% o por debajo, el impulso puede ser muy significativo. Existe un entorno internacional bueno, pero también gracias a lo que se ha hecho dentro en materia de reformas y de consolidación fiscal. Gracias a las reformas, el año que viene Alemania y España son las que van a tirar del área euro.