José Manuel González-Páramo se muestra optimista sobre la recuperación de la economía, gracias a los planes de estímulo del BCE y a la mejora del sector financiero. El consejero independiente de la entidad espera que el crédito fluya, aunque ve algunas incertidumbres en el futuro más inmediato, como la inestabilidad política y la dificultad de algunos bancos para mejorar su rentabilidad. "La probabilidad de que Grecia salga del euro ya no es cero".
González Páramo, que fue consejero del BCE, acaba de ser nombrado presidente para Europa de Transatlantic Business Dialogue, foro que impulsa un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la UE.
¿Será suficiente el dinero del plan de Draghi para evitar el peligro de deflación en Europa?
Lo iremos viendo. Es una cantidad muy muy respetable. El programa, si llega a término en septiembre del año que viene, va a conseguir inyectar un billón de euros en liquidez en la economía europea y es importante, porque se acumula a otras medidas que ya ha tomado. El BCE está poniendo de su parte todo lo que puede para tratar de revivir el crédito y desatascar los canales que no están funcionando, en particular el bancario que hasta ahora -y no pensemos en España- el crédito crece a tasas negativas o muy bajas en Europa.
Sin crédito, en un área tan bancarizada como es la europea es muy difícil que la recuperación se asiente, y eso es lo que el BCE pretende garantizar, porque si desatascas ese canal entonces el riesgo de deflación será mucho menor. Lo que hay en España no es deflación. Lo que hay es una bajada originada por el precio de la energía y algunas materias primas, que está aumentando la renta disponible y precios más competitivos para la exportación.
Draghi dice que no se puede confiar todo al BCE y que los países tienen que actuar.
¿Tienen ya margen para aplicar medidas de estímulo?
Sí. Lo que el BCE haga es condición necesaria pero no suficiente para que la economía europea crezca. De ahí la insistencia del BCE en que los gobiernos no se relajen como consecuencia de las medidas de financiación que se ofrecen. Es imperativo que Europa prosiga recuperando competitividad. Hay economías europeas que han sido remisas a hacer estas reformas, como por ejemplo Francia. Pero la prueba de que cuando las reformas se hacen rinden en términos de crecimiento la tenemos en Alemania o España. Esto debería demostrar que realmente los gobiernos tienen un margen para mejorar la situación de la economía.
¿El calendario electoral en España es un riesgo para la recuperación y la continuidad de las reformas?
Sin duda. La excesiva intensidad electoral no beneficia a la continuidad de las reformas y por eso hay que continuar llamando a que éstas prosigan. Los gobiernos normalmente con elecciones a la vista son más remisos a continuar actuando. Esperemos que no se detenga este proceso, que siga la consolidación fiscal y que vayamos pasando estas elecciones sin riesgos para la estabilidad política.
¿El plan del BCE ayudará a que los bancos concedan más créditos o una parte de la liquidez volverá a depositarse en el banco central?
Eso no es un gran negocio. Si lo depositas en el BCE, te pagan un interés negativo. Un modelo de negocio que se base en colocar a interés negativo en el BCE no puede sobrevivir. Los bancos lo único que saben hacer mejor que nadie es prestar. El resto, cualquier otro agente lo hace -bancos de inversión, entidades especializadas en comprar y vender títulos, etc-, pero dar crédito, conocer a otra parte -familias, empresas-, analizar el riesgo y prestar sólo los bancos saben, y éste es su negocio y desde luego es más rentable que colocar dinero a interés negativo en el BCE.
¿Pero no hay riesgo de que se genere otra burbuja crediticia?
Creo que no, por múltiples razones. Además, a otra burbuja estamos a una distancia grande. Tenemos un banco central europeo que supervisa con estándares comunes, que está presente en la junta de riesgo europeo sistémico, que no existía antes y cuya misión es analizar la situación y ver donde hay bolsas de excesiva fruición para recomendar medidas a los supervisores nacionales, como aumentos de capital.
Yo creo que las burbujas, que no son excluibles nunca, son mucho más improbables hoy y desde luego de la dimensión que hemos visto. No creo que en siglo actual haya margen para una similar a la que hemos vivido. La experiencia de esta crisis ha sensibilizado mucho a los supervisores.
¿Comparte la previsión de que el saldo de crédito crecerá este año?
Es posible que sea este año. A finales. Es lo que ahora mismo pensamos, que la caída del stock continuará, pero a finales de 2015, si todo va según se proyecta, podemos ver una estabilización del saldo y que éste comience a crecer.
¿Las cuentas de resultados de los bancos indican que se empieza a ver la normalidad. ¿Para cuándo estará el sector ya está asentado?
Esta es la cuestión fundamental del sector en estos momentos. Estamos en una situación estable, pero no está ni mucho menos asegurado que todos los bancos que han pasado por el test de estrés de octubre puedan producir los niveles de rentabilidad a medio plazo que son necesarios para sostener el negocio.
Y la rentabilidad es la clave, porque si no eres rentable antes o después puedes generar un problema al conjunto del sistema. No tengo la seguridad de que todas las entidades españolas pueden producir rentabilidades del 7, 8 y 10% a medio plazo. En la medida que eso sea así veremos cambios en el panorama español, más consolidación, bien dentro o fuera de nuestras fronteras.
¿En qué plazo se podrían ver más fusiones en nuestro país?
Creo que la consolidación que veamos será más en el ámbito nacional, donde las entidades se conocen y donde las autoridades de cada país pueden tener aún una voz y donde se pueden hacer mayores sinergias de costes. Este plazo no lo veo por encima de dos años. Antes, incluso, puede ser que veamos alguna consolidación transfronteriza.
¿En las primeras comunicaciones del BCE a los bancos se puede entrever que va a exigir en el corto plazo más capital o recortes de los dividendos?
No excluiría nada. Es normal que se vincule el dividendo a repartir y la solvencia y todos los supervisores del mundo emiten opinión o usan su capacidad de persuasión para indicar a los bancos lo que le parece adecuado sobre la retención del beneficio para aumentar el capital. Además, Basilea III tiene un calendario faseado para ir aumentando los niveles de capital, especialmente para las entidades que son más grandes y son sistémicas, y parece razonable que el BCE exprese su opinión de una manera discreta y confidencial acerca de si un banco va adecuando estos colchones de una manera adecuada.
Las exigencias de capital cada vez son mayores. Ahora viene el TLAC, que puede elevar el capital al 20%. ¿No ralentiza el crédito y la recuperación?
No ayuda, porque restan margen para que dediques tu cartera al crédito. Sin duda encarecen tu pasivo de una manera importante, no el capital, y tenderá encarecer el crédito. No lo facilita. En fin, es tarea de los bancos tratar también de reducir otros costes para cumplir con su función, que no es otra que prestar.
Y por último, ¿qué papel jugará Transatlantic Business Dialogue, que usted preside para Europa?
El banco es miembro del diálogo trasatlántico desde hace muchos años. Ahora mismo se está negociando una modificación del tratado de libre comercio entre ambas partes, que esperamos que se cierre a finales de este año. Mi trabajo es trasladar la voluntad de las autoridades.
El tratado es importantísimo para Europa y muy especialmente para España. Para una pyme, por ejemplo, será la noche o el día un buen acuerdo, y se calcula la renta per cápita aumentará un 7%. A Europa, que crecerá medio punto más, le interesa que los servicios financieros tengan un nítido reflejo en el pacto que estamos negociando.