Freixenet ha decidido apostar por la apertura de tiendas propias. Ayer inauguró la primera en Barcelona, que opera bajo la marca Tannic (Tanino en inglés). El consejero delegado de Freixenet y principal impulsor de esta iniciativa, Pere Ferrer, anunció que la primera tienda es "una prueba piloto", pero si todo va bien el grupo decidirá abrir "en marzo de 2015 una segunda tienda en las inmediaciones de Paseo de Gracia", la zona turística de Barcelona por excelencia.
Posteriomente, Ferrer adelantó que hay planes para abrir más puntos de venta en "Madrid, Palma de Mallorca, París, Londres y Nueva York", aunque también reconoció que el reto es rentabilizar esas nuevas tiendas.
Prueba piloto
La primera de las tiendas Tannic abrió ayer en el barrio barcelonés de Sarriá, en una antigua oficina de Viajes Sonoma, la agencia de viajes del grupo Freixenet. En este caso, el local ya era propiedad del grupo y la inversión necesaria para transformarlo ha ascendido a 250.000 euros.
"Hemos creado un espacio con 150 referencias de vinos nuestros para vender, pero sobre todo para tener un punto en la ciudad donde mostrar toda nuestra gama de productos", indicó Ferrer. Aunque la tienda funcionará con horario comercial, está prevista para usos promocionales del grupo, ya que cuenta con una sala de degustación. La facturación prevista por la tienda en su primer año es de 100.000 euros.
Freixenet repliega su actividad
