
Abengoa continúa buscando liquidez hasta debajo de las piedras y, preferentemente, sin incrementar su abultada deuda neta de 9.022 millones a cierre de septiembre.
La gestión poco clara del pasivo desembocó en la mayor crisis bursátil de su historia a mediados del mes pasado y, como consecuencia de ella, se ha presentado una querella por un grupo de accionistas minoritarios contra su todo su consejo, su auditor Deloitte y la presidenta del CNMV que ha sido admitida a trámite en la Audiencia Nacional, remitida al fiscal y asignada al juez Javier Gómez Bermúdez.
La compañía anunció ayer una batería de medidas financieras, casi todas relacionadas con su filial cotizada en el Nasdaq Abengoa Yield, para obtener casi 400 millones de euros de liquidez a corto plazo (392). La bolsa reaccionó de forma positiva y los títulos subieron en el Ibex un 3,6%, hasta 2,07 euros.
En primer lugar, el grupo que preside Felipe Benjumea ha puesto a la venta hasta un 13% del capital de Yield, de la que controla actualmente el 64% tras su debú en EEUU en junio. Prevé obtener con ello un máximo de 230 millones de euros (los títulos de Yield caían ayer un 3%, hasta 26,1 dólares, 21 euros).
Retendrá un máximo del 51% del capital, lo que le impedirá por ahora desconsolidar la deuda de los activos concesionales que ha traspasado a Yield. El pasivo asociados a esos activos ascendía a 2.000 millones de euros a cierre de septiembre. Yield ha emitido además en noviembre y diciembre bonos y cerrado un préstamo que suman otros 300 millones de euros de deuda. La intención última de Abengoa es bajar su peso a menos del 51, hasta el entorno del 40% -lo que previsiblemente ocurrirá en 2015- para desconsolidar la deuda sin recurso que ahora se anota en su balance consolidado y que corresponde los activos de Yield. La deuda sin recurso ascendía a 7.856 millones en septiembre.
Junto a ello, la empresa anunció avances en dos nuevos procesos de venta de concesiones de Abengoa a Abengoa Yield. El primero, que podría cerrarse antes de final de año por hasta 80,7 millones de euros (o un mínimo de 56,5 millones); y el segundo, a ejecutar en 2015, por otros 80,7 millones.
En total, sumando la colocación de acciones y las dos ventas de activos (tomando como referencia en la primera de ellas el rango de precio más alto), se alcanzan los citados 392 millones de euros. Yield y Abengoa han modificado además los términos de su acuerdo marco de relación para que la primera opte ya a comprar activos a la segunda a los 18 meses de entrada en operación de los mismos.
Además, Abengoa nombrará nuevos consejeros en Yield para que sean mayoría los independientes. Ahora hay 10 consejeros, 5 de ellos en representación de Abengoa. Uno de ellos es Manuel Sánchez, consejero delegado del grupo andaluz. El consejo de Yield puede tener 13 miembros como máximo.
También busca Abengoa acelerar la puesta en marcha de nuevos activos concesionales logrando más rápido la financiación para ello a través de su filial Greenfield. Junto a las emisiones de bonos de esta filial -una de las cuales se ocultó al mercado y fue el origen de la crisis bursátil-, la firma dará entrada en esos proyectos incipientes a socios externos. Esta semana, Abengoa ha firmado una alianza con Hyundai para construir activos energéticos.