Por John O'Donnell y Paul Carrel
FRÁNCFORT (Reuters) - El Banco Central Europeo tuvo una tímida acogida a su programa de préstamos para revitalizar la economía de la eurozona, lo que añade presión para que se ponga en marcha la máquina de imprimir dinero el año que viene para comprar deuda soberana.
Los bancos tomaron prestados casi 130.000 millones de euros en créditos a cuatro años del BCE en su última ronda de financiación, en consonancia con lo que los agentes esperaban, pero supone que el total solicitado se sitúe en 212.400 millones de euros, muy por debajo de los 400.000 millones de euros establecidos como límite máximo.
Los préstamos formaban parte del núcleo duro de los planes del banco para combatir el estancamiento de la eurozona y el peligro de la deflación.
El jueves, la inflación subyacente francesa entró en tasas negativas por primera vez desde que comenzaron los registros de este indicador, lo que supone otra señal de la gravedad de la situación en la segunda mayor economía de la región.