La familia Del Pino está considerada la segunda fortuna de España. En gran parte, por los 3.200 millones de euros que vale su 58 por ciento de Ferrovial. Pero, desde hace un año, la saga tiene separada esta participación de las inversiones familiares, es decir, de su fortuna personal. Ésta se concentra en la sociedad Casa Grande de Cartagena, cuyos últimos resultados, cogidos de manera aislada, alejarían a los Del Pino, y mucho, del ranking de los más ricos del país.
En 2007, último ejercicio completo, su patrimonial cerró con unos números rojos de 44,2 millones de euros (7.354 millones de las antiguas pesetas). Estas pérdidas resultan todavía más llamativas cuando se comparan con el beneficio de 674,63 millones que ganó Casa Grande de Cartagena en 2006.
Coincidencia o consecuencia, la familia Del Pino ha preferido cerrar con tres meses de adelanto su particular annus horribilis y rebajar al 30 de septiembre de 2007 el ciclo de vida de ese ejercicio. La misma fecha en que, un año antes, los responsables de Casa Grande de Cartagena comunicaron al Consejo de Ferrovial <:FER.MC:>la venta del 17,77 por ciento que tenían en el grupo de infraestructuras, por 1.462 millones, a Portman Baela, otra sociedad de la familia y, desde entonces, única tenedora de los títulos que posee la saga en la constructora.
Posibles motivos
Expertos consultados por este periódico explican que este tipo de actuaciones son poco habituales y suelen responder a motivos fiscales o contables. Por ejemplo, en un determinado momento puede resultar interesante presentar pérdidas para pagar menos impuestos, o adelantar el cierre del ejercicio para diferir al próximo la plusvalía que se va a obtener con una determinada venta.
En ambos casos, se trata de motivos fiscales. También puede haber detrás intereses contables: ante un mal año, marcado por los números rojos, se opta por adelantar el cierre de ejercicio como forma de borrón y cuenta nueva. Este periódico intentó contrastar con responsables de Casa Grande de Cartagena el motivo de haber adelantado el cierre, pero declinaron responder.
Deducciones fiscales
Aunque la explicación podría estar relacionada con la fecha en que se oficializó la venta de Ferrovial, una operación que ha ido acompañada de varias deducciones fiscales.
Al haberse realizado entre dos sociedades de un mismo dueño, la vendedora se acogió a la deducción por doble imposición por plusvalía de fuente interna y, posteriormente, destinó los 781,16 millones de euros que le quedaron tras saldar cuentas con Hacienda, a adquirir participaciones del cinco por ciento en sociedades cotizadas, y así beneficiarse también de deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades.