
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado una décima su previsión de crecimiento para la economía española en 2014 y 2015, con lo que estima que el PIB marcará alzas del 1,3% y el 1,7%, respectivamente.
Espera que la recuperación prevista para España se fortalezca "gradualmente" en el curso de los dos próximos años, lo que permitirá una bajada del desempleo, reactivando así la demanda, aunque ha advertido del potencial riesgo a la baja derivado de un crecimiento más débil de sus socios de la eurozona.
El pasado mes de septiembre, con motivo de la presentación de su informe bienal sobre la economía española, el organismo apuntó que el PIB crecería un 1,2% este año y un 1,6% en 2015, con tasa de paro del 24,6% y el 23,6%, respectivamente.
Esta paulatina mejora permitirá reducir la tasa de paro hasta el 24,5% este año y el 23,1% en 2015, mientras que cerrará 2016 en el 21,9%.
Por su parte, el endeudamiento seguirá su senda al alza y concluirá este año en el 96,7% del PIB, para subir al 99,5% en 2015 y hasta el 100,9% en 2016.
Régimen fiscal
En cuanto a posibles reformas, la OCDE considera que España podría acometer cambios adicionales al régimen fiscal con el objetivo de reducir el coste de contratar a los trabajadores con menor cualificación.
Asimismo, la institución con sede en París opina que la economía española podría ver impulsado su potencial de crecimiento a medio plazo realizando esfuerzos adicionales para incrementar la calidad de la innovación, fortalecer la competitividad y facilitar la creación y el desarrollo de empresas.
Riesgos para la economía española
Por otro lado, la OCDE considera que los principales riesgos a la baja para la economía española se relacionan con una mayor debilidad de la esperada en las economías de sus principales socios comerciales, particularmente de la zona euro.
Asimismo, la organización advierte de que el elevado nivel de deuda pública de España hace al país vulnerable a un recrudecimiento de las tensiones en los mercados financieros.
"La necesidad de reducir la elevada deuda privada puede refrenar la demanda doméstica más de lo esperado", añade la OCDE, que, por contra, opina que una mejora adicional de las condiciones de financiación o un impacto mayor de las recientes reformas podría estimular más la demanda.
Ralentizar la consolidación fiscal en la eurozona
En el marco europeo, la OCDE ha recomendado ralentizar el proceso de consolidación presupuestaria en la zona euro con el objetivo de reducir su impacto sobre el crecimiento a la vez que ha reclamado más medidas de estímulo monetario por parte del BCE.
Asimismo aconseja adoptar medidas para apoyar todo lo posible el crecimiento, entre ellas unas "ambiciosas reformas estructurales con urgencia", sobre todo en Japón y el núcleo de la zona euro, para impulsar el empleo y fomentar el crecimiento a largo plazo.
Por su parte, la OCDE señala que la política monetaria seguirá sendas diferentes según los distintos países, ya que mientras que EEUU y Reino Unido es probable que comiencen a reducir sus estímulos monetarios, la eurozona y Japón deben aumentarlos, algo que ya ha hecho el país nipón.
En este sentido, la organización admite que estas diferencias resultarán inevitablemente en episodios de volatilidad en los mercados de deuda y de divisas y podrían revelar excesos en las economías avanzadas y, sobre todo, emergentes.
En cuanto a la política fiscal, la OCDE considera que los países de la eurozona deberán ralentizar la consolidación presupuestaria estructural respecto a planes anteriores, aunque dentro del mandato de la UE, con el objetivo de reducir el impacto en el crecimiento y dejar que los estabilizadores automáticos operen libremente.