Empresas y finanzas

Lo que uno come depende de la compañía

Por Madeline Kennedy

NUEVA YORK (Reuters Health) - Compartir una comida con unapersona con sobrepeso favorece el consumo de alimentos pocosaludables.

En un estudio publicado en Appetite, un grupo de estudiantesde Cornell University tendió a servirse más pasta y menosensalada cuando un compañero de mesa estaba usando una prótesispara imitar a una personas con sobrepeso.

Cuando COME (COME.82)(COME.82)(COME.ARG)con una persona con sobrepeso, la gente no sólo"ingiere más comida poco saludable, sino también, menos opcionessaludables", dijo por e-mail el autor principal, MitsuruShimizu, profesor asistente de psicología de Southern IllinoisUniversity, Edwardsville.

Su equipo piensa que la presencia del individuo consobrepeso modificó las intenciones de los estudiantes de comer"saludablemente", aunque no pudo explicar la causa de semejanteefecto.

Muchos son los factores que influyen inconscientemente en lacantidad de comida que ingiere la población. Por ejemplo, segúncitan los autores, comer con otra persona induce a comer un 44por ciento más que comer solos.

"Aunque a menudo vamos con buenas intenciones a unrestaurante (pienso que voy a comer ensalada en lugar de papasfritas), cuando llegamos hay muchos factores que influyen en quévamos a pedir, como los aromas, lo que comen otros comensales y,ahora, quizás hasta su peso", dijo Brian Wansink, coautor delestudio y autor del libro "Slim by Design: Mindless EatingSolutions for Everyday Life".

Los autores reunieron a 82 estudiantes universitarios. Lamitad se sirvió comida junto con una mujer con el disfraz y elresto lo hizo con la misma mujer, pero sin alteraciones físicas(sin sobrepeso).

El equipo volvió a dividir a los estudiantes y la mitad mirócómo la mujer se servía más ensalada y menos pasta, mientras quela otra mitad la vio servirse más pasta y menos ensalada.

Luego, los participantes eligieron qué comerían mientras losautores los observaban.

Los estudiantes que habían visto a la mujer con el disfrazse sirvieron un 31 por ciento más de pasta y un 43 por cientomenos de ensalada, sin importar las cantidades que se habíaservido la participante.

Shimizu señaló que la presencia de la compañera de mesa consobrepeso "desactivó la intención de los participantes de comersaludablemente (en general, todos tenemos esa metainconscientemente)".

"El estudio está bien hecho", dijo Brent McFerran, de SimonFraser University, Burnaby, Columbia británica, y especialistaen la influencia de la conducta de terceros en las decisiones delos consumidores.

Una limitación que reconocen los autores es el peso de losparticipantes. Sólo dos de los 82 estudiantes eran obesos,mientras que los CDC de Estados Unidos estiman que el 34,9 porciento de los adultos del país son obesos. Aseguran que esoreduciría la posibilidad de generalizar los resultados, por loque esperan continuar el estudio con una mayor variedad dealimentos y participantes.

Para el equipo, la solución observada en el estudio no esevitar compartir la mesa con comensales con sobrepeso, sinoreforzar las metas saludables con la toma de conciencia.

Shimizu dijo que durante el proceso inconsciente deinfluencia, conocer este efecto "debería ser suficiente parareducir su impacto".

El consejo de Wansink es simple: "Comprometerse con lo quese comerá y la cantidad antes de llegar al restaurante. Perohacerlo realmente".

McFerran coincidió y recomendó "pedir o servirse primero".Explicó que la primera persona que ordena "impone una normasocial de la cantidad 'buena' o 'normal'. ¿Quién quiere ser elúnico que pide postre? No muchos".

FUENTE: Appetite, online 16 de septiembre del 2014.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky