Empresas y finanzas

El auditor cuestiona las cuentas anuales de Adif Alta Velocidad

Adif Alta Velocidad, la empresa pública que tendrá que afrontar la mayor parte de los 3.561 millones que Fomento destina al AVE para 2015, suspende en su primer informe de auditoria. KPMG califica las cuentas anuales de 2013 como "favorable con salvedades". Justifica esta decisión porque "el importe registrado en el epígrafe de Balance Inmovilizado material, no incluye todos los terrenos a través de los cuales discurre la traza de vía de ciertas líneas, principalmente la línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla", según recogen las cuentas publicadas en el BOE de ayer 1 de octubre.

Ello supone en la práctica que el auditor no ha podido evaluar el efecto que pudiera tener "en las cuentas anuales", la valoración correcta de este inmovilizado. Un portavoz oficial de Adif consultado por este periódico reconoce estas salvedades y las justifica asegurando que la falta de información se debe a que la Dirección General de Ferrocarriles todavía no la ha transmitido a la compañía, pero que se subsanará lo antes posible.

No hay que olvidar que Adif Alta Velocidad lleva operando desde el pasado 1 de enero de 2014 tras separarse de Adif e integrar todos los activos relacionados con el AVE. Desde el gestor de infraestructuras se insiste en que se ha puesto en marcha un plan para subsanar lo más rápidamente todas estas salvedades, fruto de la celeridad de la excisión de ambas compañías.

Según recoge el informe anual, a falta de la actualización del valor del inmovilizado material, la línea Madrid-Sevilla registra un importe de 2.951 millones de euros, de los que 2.482 millones de euros corresponden a instalaciones de la vía y otras instalaciones técnicas. Si bien es cierto que es la primera infraestructura de alta velocidad que se construyó, si se compara, por ejemplo, con el Madrid-Valladolid de alta velocidad, esta última registra un importe de 4.055 millones, pese a ser la mitad de grande.

El informe anual de Adif Alta Velocidad también apunta unas perdidas de 231 millones de euros en 2013 y una facturación de 369,2 millones de euros, que en su mayoría corresponden al cobro de cánones a Renfe Operadora por la utilización de líneas de alta velocidad o de infraestructuras relacionadas con este negocio.

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