La caída del mercado hotelero en tiempos de crisis, especialmente el de segmento urbano, continúa alimentando el apetito inversor dentro del sector. El dueño del Hotel Prisma, explotado en régimen de alquiler por la cadena hotelera NH, ha vendido el inmueble en una operación asesorada por el departamente de suelos y edificios de CBRE y próximamente empezará a funcionar como residencial de alto standing.
El nuevo propietario del inmueble es la gestora de patrimonios y family office Mazabi. El NH Suites Prisma, ubicado en el madrileño barrio de Chamberí -concretamente, en la calle Santa Engracia 120-, tiene categoría de cuatro estrellas y dispone de hasta cuatro salas para convenciones que han hecho de él por su localización y servicios todo un establecimiento apto tanto para el turismo de ocio como para el de negocios. NH tendrá que abandonar también próximamente el hotel Harrington situado en el barrio londinense de South Kensington después de que la semana pasada el propietario, el fondo Carey gestionado por Azora, anunciara la venta del edificio a un grupo inversor de Oriente Medio por 112 millones de euros.
Reorganización del sector
El cambio de uso de un inmueble, en este caso de hotelero a residencial (pero también viceversa), ha sido frecuente en los últimos meses. Los grandes inversores se están posicionando en España para aprovechar el tirón residencial y la recuperación de la ocupación y de los beneficios que tendrá el sector hotelero en destinos urbanos. Un buen ejemplo de ello es la torre Agbar de Barcelona, que compró Emin Capital por 150 millones de euros y que albergará un espacio hotelero de lujo de la marca Hyatt. "En ciudades como Barcelona existe un desequilibrio importante entre demanda y oferta en el producto de mayor calidad, por lo que veremos más rehabilitaciones de hoteles obsoletos, la llegada de más hoteles boutique y la reconversión de inmuebles que actualmente tienen usos con sobreoferta y alta disponibilidad como las oficinas", argumenta Patricio Palomar, director de análisis y estrategias de inversión de CBRE en España. El déficit de plazas hoteleras del segmento alto en la ciudad condal es tal que el hotel Mandarín Oriental, ubicado en pleno Paseo de Gracia, ha tenido que comprar una planta del edificio residencial de al lado para poder cubrir la demanda de sus servicios.
En esa misma calle otro de los edificios que ha cambiado recientemente de mano y de uso es el de la sede corporativa de Deutsche Bank. En este caso el fondo KKH Capital Group, creado por el antiguo director general de Renta Corporación -Josep María Farré- con el capital levantado en Suiza para abrir hoteles boutique, ha hecho una joint venture con el fondo Real Estate Fund II LP de la gestora Perella Weinberg para transformar el inmueble en un hotel de lujo de la cadena Four Season.
Otro ejemplo de conversión del uso de las instalaciones se verá en el edificio de Plaza España del Santander. El banco, que compró el inmueble a Metrovacesa, se lo vendió recientemente al grupo chino Dalian Wanda por 265 millones de euros. El objetivo del inversor asiático es levantar un complejo comercial que ocupe los bajos del edificio y las primeras plantas, abrir un hotel en la parte superior y destinar la zona más superior al residencial de lujo. Hasta Norman Foster ha participado en esta oleada de inversiones y de transformación de los inmuebles al hacerse con el palacete donde se situaban anteriormente las oficinas de Bankia Banca Privada para levantar su fundación.