
Con los índices de los principales mercados secundarios de Estados Unidos echando humo -ejemplo: el S&P 500 en máximos históricos y el Nasdaq en niveles que no se veían desde una década-, y la palanca monetaria a pleno rendimiento, los inversores no dejan de buscar señales de posibles burbujas en el horizonte.
No se trata tanto de anticipar cuándo encajarán las bolsas el siguiente golpe, como de averiguar dónde pasará la expansión crediticia su siguiente factura. Y para muchos, el candidato favorito es el sector tecnológico.
Argumentos a favor de esta tesis no faltan, si el examen se limita a repasar las valoraciones de algunas de las start-up que han protagonizado los titulares de mayor peso en los últimos meses.
Es cierto que las tecnológicas que centran su actividad en servicios en internet no son convencionales y su retorno no puede medirse simplemente a la vista de los ingresos (a menudo inexistentes). Pero el precio que los inversores asignan a algunas de ellas plantea dudas.
¿Facebook o MySpace?
Hasta la fecha el valor teórico de cuatro empresas de este sector ha pasado la barrera de los 10.000 millones de dólares: la compañía de taxis sin licencia Uber, la impulsora del sistema de mensajería instantánea Snapchat, el servicio de alquiler turístico entre particulares Airbnb y la plataforma de alojamiento online Dropbox.
Esta misma semana, la compra por parte de Amazon de Twitch, un servicio de vídeo en internet especializado en temática de videojuegos con altos costes y sin apenas ingresos pero con muy buenas perspectivas de crecimiento, ha puesto de nuevo la pregunta sobre la mesa: ¿valía realmente los 1.000 millones que Amazon ha pagado por ella?
Las respuestas son casi tan numerosas como los puntos de vista. Los más conservadores siguen preguntándose de dónde van a sacar algunas de esas compañías la rentabilidad para sus inversores, y apuntan al fiasco de MySpace.
Con más pasión por el detalle, otros analistas como Dann Frommer (citado por Market Watch) recuerdan que a muchos se les heló la sonrisa después de mofarse de Microsoft por valorar a Facebook en 15.000 millones de dólares. Era 2007, y hoy la capitalización bursátil de la red social suma 195.000 millones.