El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha señalado en una entrevista a la Cadena Ser que el rescate a la banca ha supuesto un ahorro de 14.000 millones de euros al Estado, ya que esa es la cantidad que ha tenido que pagar de menos España por endeudarse tras salvar entidades. Del "no costará un euro al contribuyente", el Gobierno ahora vende la nacionalización bancaria como "ahorro".
De Guindos ha reconocido en la entrevista que en 2012 "el elemento que actuaba de tapón para facilitar la financiación que impedía la financiación en condiciones adecuadas eran las dudas sobre la situación bancaria".
Para luego preguntarse: "¿Sabe usted cuánto nos hemos ahorrado de intereses de la deuda pública como consecuencia de la restructuración bancaria y de la normalización de las condiciones? Pues prácticamente está en el entorno de los 14.000 millones".
En el punto álgido de la crisis, en septiembre de 2012 y justo después de pedir el rescate bancario, el bono español a diez años llegó a alcanzar una rentabilidad del 7,621%, algunos expertos señalaban entonces que por encima del 7,5% era una cota inasumible de financiación para España.
De media en 2012, la rentabilidad de la deuda española de referencia estuvo en el 5,875%, según datos de Bloomberg. En 2013 bajó hasta el 4,567% de media -1,3 puntos menos-, y en lo que va de 2014 está en el 3,173% -2,7 puntos menos que en 2012-. Aunque la rentabilidad de la deuda española a diez años cotiza actualmente en mínimos históricos en la zona del 2,5%.
Así el discurso del Gobierno ha pasado de que el rescate de la banca no costaría ni un euro al contribuyente, a venderlo como un ahorro, gracias a la rebaja del coste de financiación de la deuda española.
"Lo que a principios de 2012 generaba incertidumbre, volatilidad y la percepción de que España necesitaba irse hacia el rescate completo era la situación de una parte del sector bancario español, que afectaba a la totalidad del mismo", ha llegado ha reconocer en la entrevista.
La realidad es que la salida del Estado de las entidades nacionalizadas deja hasta la fecha un reguero de 31.000 millones de euros en ayudas irrecuperables, aunque el Gobierno confía en que la desinversión en Bankia y BMN permita rescatar más de los 24.000 millones comprometidos en ambas.