Por Megan Brooks
NUEVA YORK (Reuters Health - Discapacidad para identificarolores sería una señal del deterioro cognitivo y de laenfermedad de Alzheimer, mientras que pruebas visualesrevelarían la acumulación de beta-amiloide en el cerebro, que esun indicador de la enfermedad, según varios estudios presentadosesta semana en la Conferencia Internacional 2014 de laAsociación de Alzheimer, Copenhague.
Son "hallazgos potencialmente alentadores", aunque los tests"aún no estén disponibles para utilizar en el consultorio", dijodurante la conferencia el doctor David Knopman, profesor deneurología de la Facultad de Medicina de la Clínica Mayo,Rochester, Minnesota, y asesor de la Asociación de Alzheimer.
Por ahora, estos estudios "apuntan a métodos que podríanservir para la detección temprana en el laboratorio paraseleccionar las cohortes de estudios sobre los tratamientos y laprevención del Alzheimer", indicó a través de un comunicado deprensa la doctora Heather Snyder, directora de operacionesmédicas y científicas de la Asociación de Alzheimer.
Cada vez más evidencia señala que la disminución de lacapacidad de identificar los olores serían un indicio deldeterioro cognitivo y hasta una característica clínica tempranadel Alzheimer.
El equipo de Matthew E. Growdon, candidato al doctorado demedicina y la maestría en salud pública de las facultades deMedicina y de Salud Pública de Harvard, Boston, analizó larelación entre el olfato, la memoria, los biomarcadores de laneurodegeneración y los depósitos de beta-amiloide en 215adultos mayores sin deterioro cognitivo que participaban delEstudio sobre Envejecimiento Cerebral de Harvard.
Se les realizó la Prueba de Identificación Olfativa deUniversity of Pennsylvania (UPSIT, por su sigla en inglés) y unabatería de pruebas cognitivas, junto con una resonanciamagnética para determinar el volumen del hipocampo (VH) y elespesor de la corteza entorrinal (CE), y un tomografía poremisión de positrones (TEP) con el compuesto B de Pittsburgh(PiB, por su nombre en inglés) para conocer la carga deamiloide.
Los autores observaron que tener un hipocampo pequeño y unaCE delgada estaba asociado con una disminución de la capacidadde identificar los olores y de la memoria.
En un subgrupo con altos niveles de amiloide en el cerebro,la neurodegeneración que describe la pérdida de espesor de la CEestaba significativamente asociada con una mala función olfativatras considerar factores potencialmente confundentes, como laedad, el género y una estimación de la reserva cognitiva.
"Es un conjunto de datos pequeño (y) aún no se puede aplicara la práctica clínica", dijo Growdon durante una conferencia deprensa.
"Pero podemos decir que sería potencialmente útil con unaherramienta como la UPSIT en adultos mayores sin síntomas yclínicamente normales. Los imagino como algo que podríaidentificar a las personas con riesgo de desarrollar lossíntomas del Alzheimer o, potencialmente, como un acceso aprocedimientos más costosos o invasivos, como una punción lumbaro una TEP", dijo Growdon.
En otro estudio relacionado, el doctor Davangere Devanand,del Centro Médico de Columbia University, Nueva York, publicaevidencia que asocia la disminución de la capacidad deidentificar olores con la transición del deterioro cognitivoleve (DCL) al Alzheimer en una muestra multiétnica de 1037adultos mayores sin demencia evaluados en tres períodos:2004-2006, 2006-2008 y 2008-2010.
El Alzheimer también afecta la visión y algunos estudioshabían identificado placas de beta-amiloide en la retina depacientes con la enfermedad.
Shaun Frost, de CSIRO, Australia, publica los resultadospreliminares de 40 de 200 participantes de una investigaciónpara comprobar si el estudio por imágenes de la acumulación deamiloide en la retina (RAI, por su nombre en inglés) detecta elAlzheimer tempranamente.
Los participantes recibieron un suplemento con curcumina,que se une a las placas de beta-amiloide y, por sus propiedadesfluorescentes, permite detectar su acumulación en los ojos conun nuevo sistema de la empresa NeuroVision Imaging LLC.
Frost publica que los resultados disponibles sugieren quelos niveles de beta-amiloide en la retina estánsignificativamente asociados con los niveles de amiloide en elcerebro que muestran las imágenes por TEP. El test de retinatambién ayuda a diferenciar a las personas con o sin Alzheimercon una sensibilidad del 100 por ciento y una especificidad del81 por ciento.
Además, Frost destacó que la concentración de amiloide en laretina aumentó un 3,5 por ciento en promedio en 3,5 meses, loque sugiere que esta técnica serviría para monitorear larespuesta a la terapia.