Por Kathryn y Doyle
16 jul (Reuters) - Los pacientes son más propensos asuspender el tratamiento después de un infarto si la aparienciade los medicamentos genéricos varían súbitamente sin explicaciónprevia.
"Tienen que saber si una terapia va a cambiar, en especialporque es difícil entender qué sucede si la primera píldora deldía era azul y, ahora, amarilla", dijo el autor principal,doctor Aaron S. Kesselheim, del Hospital de Brigham y lasMujeres, Boston.
En Annals of Internal Medicine, el equipo de Kesselheimpublica los resultados obtenidos de más de 11.000 pacientestratados con fármacos comunes, como betabloqueantes, estatinas oinhibidores de la ECA después de un infarto. En el primer año,casi un tercio comenzó a tomar una píldora con otro color oforma.
Ese grupo era entre un 30 y 70 por ciento más propenso queel resto a suspender el tratamiento, sobre todo si lo que habíavariado era la forma de la píldora. Las estatinas fueron las quemás variaron en apariencia.
Kesselheim recordó que "algunos estudios mencionan que la noadherencia al tratamiento alcanza el 50 por ciento en lospacientes cardiovasculares" y aseguró que la variación de laapariencia de las píldoras no es el motivo más importante de eseincumplimiento, aunque sí es un nuevo factor que hay que teneren cuenta.
Su equipo había identificado un problema similar en lospacientes epilépticos bajo tratamiento.
"Cuanto más colabores los médicos y los farmacéuticos parapreparar a los pacientes sobre la posibilidad de que esoscambios ocurran, más sencilla será la transición", opinó elautor.
FUENTE: http://bit.ly/W4PoCs
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