
Vega Sicilia agranda su leyenda. Treinta de las bodegas con más solera de todo el mundo se reunirán hoy en Ribera del Duero para unirse a la celebración del 150 aniversario de su creación. Pablo Álvarez, consejero delegado, explica que su éxito radica en "hacer grandes vinos y mostrarlos por el mundo".
¿Cuál ha sido el secreto del éxito de Vega Sicilia?
Primero, hacer grandes vinos. Hacerlo durante tantísimos años es muy difícil y los propietarios que ha tenido la bodega han respetado el principio de lograr la mayor calidad posible por encima de todo. También, el haber sabido enseñarlos al mundo, mostrarlos porque el prestigio se gana si te conocen.
¿Vega Sicilia es uno de los grandes activos de la Marca España?
Sí. Vega Sicilia es una de las marcas españolas más conocidas a nivel mundial, no la que más, pero estaremos entre las diez primeras. Ahora se está relanzando lo de la Marca España. Nuestro país tiene grandes productos y lo que hay que hacer es mostrarlos, darlos a degustar.
Una bodega en La Rioja con los Rothschild es su última apuesta. ¿Qué espera de este proyecto?
Hacer un gran vino. Estoy seguro de que lo será pero en este mundo y a diferencia de cualquier otro negocio el tiempo es esencial y hay que hacerlo bien durante muchos años.
¿Cuál es en su opinión el principal reto de los vinos españoles?
El mayor fallo que tenemos los españoles es que somos muy malos vendedores. España es el segundo productor del mundo, elabora grandes vinos y sin embargo no tiene el reconocimiento de otros países con menos tradición vitivinícola y calidad. Nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros tenemos que hacer, ni el Gobierno, ni las denominaciones de origen. Somos las bodegas las que tenemos que movernos.
¿Hay demasiadas bodegas?
Sí, pero es fruto del boom económico y cultural del vino. A partir de los 60 dejó de ser un producto de alimentación, y pasó a ser un producto cultural y esto hizo que el desarrollo haya sido enorme. También es un mundo muy atractivo para la gente que gana mucho dinero con otros negocios pero en el caso del vino hay que ocuparse de él. No es posible que uno haga una bodega y piense que el vino se vende solo porque los periodistas nos ponen muy buenas notas.
¿Qué siente un bodeguero cuando decide retirar 240.000 botellas del mercado?
Fue culpa nuestra y había que hacer frente a ello. Honestamente, Vega Sicilia es la única bodega que ha hecho frente a los problemas cuando los ha tenido. Vivimos de nuestros clientes y tenemos que respetarlos. Entiendo que no guste un tipo de vino pero cuando un señor lo compra quiero que lo haga en las condiciones y la calidad que mi familia y yo hemos marcado. Y creo que a la larga eso no es malo y el cliente sabe apreciarlo.