
El capital riesgo empieza a dar síntomas de recuperación tras unos años de auténtica sequía en la industria. Las perspectivas para este año son alentadoras y colocan a España como un mercado con gran potencial.
Olivier de Panafieu, jefe de private equity en Roland Berger, consultora a la que se incorporó en el año 2000, confía en el atractivo del país y en el desarrollo que tendrá el capital riesgo. "El capital riesgo ha pasado de funcionar para el mercado de valores a ser un sustento del mismo", asegura.
Los primeros meses del año muestran una reactivación del capital riesgo en España. ¿Qué esperáis del sector para 2014?
El primer semestre todavía no permite hacer una valoración exacta, pero sí observamos que se está produciendo un punto de inflexión y que hay un importante conjunto de transacciones que están en ese punto, lo que demuestra que España es un mercado con un gran potencial, en pleno ciclo de inversión, que puede duplicar o triplicar su mercado de capital riesgo en los próximos años y acercarse a otras economías con mayor presencia del capital privado (private equity).
¿Qué falta en España para volver a cifras precrisis en el volumen de inversión?
Si nos fijamos en la sobrecapacidad instalada en algunas industrias españolas, el capital riesgo tardará tiempo en moverse. En cambio, si miramos la recuperación del PIB, España es un país atractivo por su clara tendencia de mejora. 2014 se ha convertido en el año del smart investment y estamos asistiendo ya a un aumento en las operaciones.
¿Por qué resulta ahora atractivo España para un capital riesgo?
El cambio positivo del ciclo empresarial-económico que atraviesa España, unido a la situación problemática de otras geografías, permite visualizar los próximos años con optimismo y oportunidades de crecimiento en capital riesgo. Oportunidades, por ejemplo, en empresas familiares muy interesantes y bien gestionadas, que han pasado por un ciclo inversor muy importante, pero que tienen un problema de sucesión y deben cambiar su modelo de gestión, profesionalizarlo y separarlo de la gestión familiar tradicional. Por sectores, vemos empresas punteras en energías alternativas que son líderes mundiales, y en retail, donde España es uno de los players punteros a escala mundial.
Además, la liquidez que existe en ciertos sectores del mercado es una oportunidad para que España sea un polo de inversión y se asiente como la quinta economía europea.
¿Cuáles son los sectores que concentrarán la mayor parte de las transacciones en España?
Hay tres patrones de inversión que en estos momentos predominan: empresas de alta cualificación tecnológica, empresas muy expuestas a Iternet que cuentan con una mayor capacidad de crecimiento y la consolidación de ciertos sectores a nivel nacional y europeo. En España, además, hemos identificado que el retail cuenta con una capacidad empresarial muy alta e innovadora, que está es una clara tendencia inversora, y otros que responden a la recuperación de la demanda, como bienes de consumo y grandes almacenes. También son ahora objetivo del capital riesgo todos esos sectores (industria manufactura, inmobiliario, turismo, salud privada y retail) en los que la crisis limitó su inversión.
¿Cómo valora la macrofusión de IDC (antigua Capio) y Quirón?
La operación es una noticia positiva para la industria que explica la necesidad de consolidación en un sector que se encuentra fragmentado y que antes de la operación los tres mayores grupos hospitalarios tenían poco más del 20 por ciento de las camas en España. Unos de sus principales objetivos ha sido encontrar economías de escala con los que controlar el coste y alcanzar una mejor posición negociadora con las aseguradoras.
¿Aconsejaría a un fondo entrar en el sector financiero español?
Habría que estudiar el mercado y conocer la calidad de sus activos antes de entrar en él porque tiene jugadores líderes mundiales, pero también entidades con cierto número de activos problemáticos, aunque no dudamos de la capacidad del sistema para resolver el problema. Antes de la crisis, la base de las inversiones estaba en creer que el crecimiento era constante, pero ahora es necesario comprobar en detalle la calidad de los activos.