Por Krystnell y Storr
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los sobrevivientes de uninfarto que dejan de fumar snús, un tabaco sueco sin humo,tienen un 50 por ciento menos riesgo de morir en los dos añossiguientes que los que no lo hacen.
Esa diferencia es similar a la que se registra en losfumadores que abandonan el cigarrillo después de un infarto, loque sugiere que el daño cardíaco que produce la nicotinasuperaría toda estimación actual.
"La novedad más sorprendente de este estudio es que losconsumidores de snús que tienen un infarto agudo de miocardio(infarto) se beneficiarían tanto como los fumadores con lacesación. Por lo tanto, mi consejo sería que la persona quetiene enfermedad coronaria abandone todo tipo de tabaco", dijoel autor principal, Gabriel Arefalk.
Comprender el efecto del tabaco sin humo en la salud ayuda alos médicos a comprender cómo pueden orientar a sus pacientespara reducir el riesgo de tener un segundo infarto después dedarles el alta del hospital, según agregó Arefalk, cardiólogodel Hospital de la Universidad de Uppsala, Suecia.
El snús contiene menos sustancias químicas carcinogénicas(nitrosaminas) que el tabaco del cigarrillo, lo que para losinvestigadores reduce el daño. Los usuarios tampoco inhalanalquitrán y monóxido de carbono, entre otras sustancias queforman el humo de tabaco.
Aunque el uso del snús no se considera tan nocivo como eltabaquismo, eso no significa que sea inocuo, según dijo LucyPopova, del Centro para la Investigación y la Educación para elControl del Tabaco de University of California, San Francisco, yque no participó del estudio.
Agregó que su consumo está asociado con un aumento delriesgo de desarrollar cáncer oral y esofágico, infarto cardíacoy cerebrovascular, y problemas bucales y reproductivos.
El equipo de Arefalk analizó las historias clínicas de 9.500personas de 75 años o menos que habían superado un infarto entreel 2005 y el 2009; unos 2.500 consumían snús y 7.000, cigarrillocomún.
A los dos meses del infarto, 675 usuarios de snús habíandejado de fumar y 1.799 continuaban haciéndolo. A los dos años,habían muerto, respectivamente, 14 y 69 participantes.Al estimar las muertes por cada 1.000 pacientes por año, seobtuvo una tasa de mortalidad de 9,7 en el grupo que habíaabandonado el snús después del primer infarto y de 18,7 en elgrupo que aún seguía consumiéndolo.
El equipo detectó diferencias similares entre los que habíandejado de fumar tabaco y los que siguieron fumando. Las tasas demortalidad respectivas fueron 13,5 y 28,4 por cada 1.000personas por año.
"No esperábamos una asociación tan sólida en el grupo quedejó de consumir snús", dijo Arefalk.
Si equipo publica que los participantes que abandonaron elsnús también eran más propensos a realizar terapia derehabilitación cardíaca y tendían a ser físicamente más activos,lo que habría influido en la reducción del riesgo de morir.
Pero aún tras considerar las diferencias en la edad y elestilo de vida, los participantes que abandonaron el snús eranun 40 por ciento menos propensos a morir que los que siguieronconsumiéndolo.
FUENTE: Circulation, online 23 de junio del 2014.
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