Empresas y finanzas

La UE cifra en 400 millones las pérdidas de la banca por bajar las comisiones en las tarjetas

  • En el sector financiero elevan a 2.000 millones la merma de ingresos

La rebaja de las comisiones soportadas por los comerciantes por aceptar tarjetas que ultima el Gobierno preocupa a la banca. No hay cifras concluyentes sobre su impacto, pero algunas estimaciones la sitúan entre 400 millones y 2.000 millones de euros.

La Comisión Europea cifra en 400,59 millones la merma de ingresos para las entidades financieras españolas por topar la tarifa interbancaria al 0,3% en los pagos con tarjetas de crédito y el 0,2% en plásticos a débito, como proyecta implantar Bruselas en Europa y el Gobierno ha decidido anticipar en España.

Son cálculos incluídos en el documento que acompaña a su propuesta de directiva para abaratar las tarifas a los comerciantes, fechado el 24 de julio de 2013. La factura, detalla el estudio, es susceptible de engordar en 168,25 millones adicionales cuando el tijeretazo se extienda a las compras transfronterizas (algo tan habitual como reservar un hotel a través de internet o pagar un café en otro país).

La experiencia española

Pero otras fuentes, en este caso financieras y de consumidores, consideran escaso dicho impacto. Ven más factible que se aproxime al ajuste experimentado entre 2010 y 2005, cuando la tasa interbancaria bajó del 1,55 al 0,66% por imposición del Gobierno -la comisión repercutida después en los comerciantes se deslizó desde el 1,52% medio al 0,74-. Un informe encargado por Adicae a catedráticos y expertos en medios de pagos cifró la merma derivada de ingresos para las entidades financieras en 3.230 millones y el ahorro para las tiendas en 2.749 millones.

"Volverá a reducirse a la mitad, como entre 2010 y 2005, con el agravante de que ahora podría decretarse su aplicación inmediata y no de forma progresiva en cinco año años como ocurrió entonces", se quejan en una entidad financiera. Otras fuentes, del mundo de los medios de pago, estiman que el quebranto rondará los 600 millones.

Bruselas efectúa sus números sobre la actividad en medios de pago de 2011 y lo esperable es que, superada la crisis, vaya a más. Los consumidores echaron mano de las tarjetas entonces para pagar 2,23 millones de compras o servicios por un importe total de 98.267,8 millones, detallan las estadísticas del Banco de España. En 2013, el uso aumentó en 100.000 transacciones y 267 millones de euros, aún cuando el consumo apenas mostraba señales de reactivarse por la crisis.

"El impacto será muy muy grande y el beneficiario final serán solamente los grandes comerciantes. El consumidor sufrirá un efecto muy negativo, directo o indirecto", auguran en Mastercard. En paralelo con la reducción de las tasas, las cuotas anuales de las tarjetas se incrementaron en España de 10,21 a 20,25 euros entre 2005 y 201O, subieron de 21,35 a 37,71 en los plásticos con función de crédito y se extendió el cobro por efectuar operaciones en cajeros automáticos.

En el sector financiero apuntan a Estados Unidos como otro ejemplo de perjuicio al ciudadano. Las autoridades toparon en 2011 la tarifa interbancaria en tarjetas de débito desde 0,50 a 0,24 dólares por operación y las entidades trataron de compensar potenciales pérdidas de hasta 8.000 millones fijando una cuota a sus titulares de cinco dólares. El Gobierno forzó su vuelta a la gratuidad tras la presión ejercida por los consumidores y la reacción de la banca acabó perjudicando a otros clientes. Según un estudio de International Centre for Law & Economic, el número de cuentas bancaria gratuitas cayó la mitad entre 2009 y 2013 porque el saldo exigido para no cobrar pasó de 250 a 750 dólares y la tarifa de mantenimiento se duplicó, y mientras los grandes comerciantes se beneficiaron de fuertes rebajas, los pequeños acabaron pagando más.

Subsidio por el ciudadano

Bruselas rechaza en su informe un efecto así, aludiendo, en particular que la subida soportada en España por los usuarios del dinero de plástico por la falta de competencia,y subraya que la rebaja ayudó a mejora la penetración de los pagos electrónicos porque el número de lectores de tarjetas instalados en comercios subió desde 802.698 a 1,36 millones entre 2000 y 2011.

Europa considera abusiva las comisiones cobradas a los comercios y justifica su rebaja para tranferir el valor económico a las tiendas en primera instancia, y por derivada a sus clientes. En MasterCard temen la desaparición del incentivo para invertir en un sistema en pleno apogeo en términos de innovación y descartan que ayude a combatir la economía sumergida: "No va a incentivar el uso de tarjetas. Es como dar un subsidio a los grandes comerciantes, a instancias de los consumidores", indican en la firma.

En un banco se quejan de que la decisión de adelantar el ajuste cuando en Europa aún se encuentra en tramitación puede ser precipitarse si las reglas comunes cambian, y costoso si obliga a adaptar sus sistemas ahora y luego con el estándar europeo. La directiva ha sido cuestionada por el Senado francés y el parlamento de Estonia y Portugal ha rechazado anticiparla. Hungría, en cambio, ha dado el paso para ajustar las tarifas y el Gobierno lo incluyó aquí en el Plan de Estímulos para el crecimiento, si bien aún debe plasmarse en una norma.

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