María José Aguilar
Fráncfort (Alemania), 24 ago (EFECOM).- Los conflictos laborales caracterizaron la primera semana de trabajo, tras la pausa estival, del grupo automovilístico alemán Volkswagen, que hubo de hacer frente a reivindicaciones sindicales en sus fábricas de México y Brasil.
En el caso de México, Volkswagen llegó a un acuerdo con los sindicatos sobre sus demandas salariales y consiguió que los trabajadores volviesen a la producción, tras cinco días de huelga.
En cambio, el conflicto se acentuó en Brasil después de que la empresa avisase de que podría cerrar la mayor de sus fábricas en el país si se rechazan las medidas de reestructuración propuestas.
Además, tras el periodo vacacional Volkswagen deberá retomar las negociaciones sobre el plan de ahorro de costes para las factorías de la marca Volkswagen en Alemania, pospuesta antes del verano.
La filial mexicana del consorcio estuvo en huelga cinco días, en los que se dejaron de fabricar unos 4.000 automóviles, para reclamar subidas salariales del 8,5 por ciento y mayores prestaciones por parte de la empresa.
Finalmente, la compañía y la representación laboral acordaron aumentar los sueldos un 4 por ciento y elevar la bonificación para comida, lo que subirá los costes de personal en la fábrica de Puebla en un 4,7 por ciento, dijo Volkswagen.
En Brasil, el conflicto con los trabajadores por el saneamiento de la filial del grupo en ese país se endureció esta semana, después de que los sindicatos rechazasen el plan propuesto por la compañía.
Volkswagen do Brasil anunció en mayo medidas de reestructuración para eliminar 3.600 de los 22.000 empleos en el país sudamericano, recortar las prestaciones laborales y, posiblemente, cerrar una fábrica, debido a que la apreciación del real brasileño ha mermado la competitividad de los centros de producción del país.
El pasado lunes, el grupo automovilístico dio un ultimátum a los trabajadores, al decir que cerraría la fábrica de Anchieta, en la que trabajan unas 12.500 personas, y recortaría 6.000 empleos si no se aceptan las medidas propuestas.
Los empleados, que rechazaron los despidos, encargaron a los sindicatos negociar un acuerdo antes de mañana, viernes, aunque al mismo tiempo advirtieron de que están preparados para luchar contra los planes de la compañía con paros en la producción y manifestaciones.
En Alemania, el mayor fabricante automovilístico europeo retomará en septiembre las negociaciones sobre el plan de saneamiento que puede afectar a 20.000 empleos en las fábricas alemanas de la marca Volkswagen.
El presidente del consorcio, Bernd Pischetsrieder, consideró en una publicación interna del grupo que la empresa tiene todavía un largo camino para volver a tener unos costes competitivos y que la reducción de los gastos de personal tiene máxima prioridad.
Entre las medidas propuestas por Volkswagen en este ámbito está la ampliación de la jornada laboral hasta las 35 horas semanales, frente a las 28,8 actuales, sin compensación salarial, medida que los sindicatos han rechazado por considerar que no existe carga suficiente de trabajo.
Hasta finales de julio, unos 2.500 trabajadores habían aceptado voluntariamente rescindir su contrato con la compañía a cambio de indemnizaciones, y otras 9.700 personas con edad cercana a la jubilación se habían acogido a contratos de trabajo a tiempo parcial.
El vicepresidente del comité de empresa de Volkswagen, Bernd Wehlauer, aseguró esta semana que el organismo de representación laboral ha solicitado a la compañía que abandone su política de indemnizaciones y emplee ese dinero en la cualificación de los trabajadores. EFECOM
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