
La Comisión Europea quiere fortalecer los objetivos sobre interconexiones eléctricas que deben alcanzar los Estados miembros a 2030. En el caso de España, Bruselas propone que se triplique la capacidad de intercambio de energía respecto a los proyectos que ya están en marcha con los enlaces programados tanto por Francia como por Portugal.
En concreto, el Ejecutivo comunitario ya ha presentado un borrador con la nueva hoja de ruta energética tanto en electricidad como en gas que deberán llevar a cabo los diferentes países. En este documento, al que tuvo acceso elEconomista, se recoge el nuevo ambicioso objetivo de que cada Estado miembro tenga una interconexión como mínimo del 15% de la potencia instalada.
Este documento fue presentado por Günther Oettinger, comisario de Energía de la Unión Europea, en una reunión que tuvo lugar en Grecia hace unos días.
España tiene actualmente una potencia de 100.000 megavatios instalados. El país adolece de sobrecapacidad porque en momentos de punta de demanda tan sólo utiliza la mitad de la potencia de la que dispone. Este hecho hace que una parte importante de centrales convencionales se encuentren infrautilizadas y que el exceso de potencia renovable (cuando hay mucho viento) no se pueda redireccionar a otros países.
Por tanto, el país debería llegar hasta los 15.000 megavatios a 2030, frente a la capacidad de 5.400 megavatios de intercambio que alcanzará con los proyectos de interconexiones ya en marcha, como son los enlaces con Portugal y la conexión con Francia gracias al proyecto Inelfe.
Teniendo en cuenta los proyectos que ya están en marcha, en España sería necesario invertir unos 10.000 millones de euros más para alcanzar el nuevo objetivo planteado por la Comisión.
La ampliación de la interconexión española se enmarca en el proyecto comunitario para completar el mercado interior de la energía, con el objetivo de terminar con el aislamiento energético que sufren algunos Estados miembros, como es el caso de España. La ampliación de las interconexiones permitiría reducir el coste energético y sus financiación correría a cargo de los todos los países de la Unión Europea.
Ahora la Comisión Europea trabajará con cada Estado miembro para poder hacer realidad este objetivo.
No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un reto realmente ambicioso, ya que España ha tardado unos 30 años en conseguir el primer objetivo de interconexión del 5%.
Objetivo para 2020
Por otro lado, el Ejecutivo comunitario ratificó en el Consejo Europeo celebrado en marzo que cada Estado miembro alcance una capacidad de interconexión del 10% a 2020.
Con la capacidad actual, España tendría que poner en funcionamiento unos 1.000 megavatios de intercambio cada año, lo que equivale a algo más que una central nuclear.
El principal escollo con el que se ha encontrado nuestro país para desarrollar las interconexiones ha sido la escasa voluntad política de Francia.