Empresas y finanzas

Vueling y Clickair son un "ciego guiando a otro ciego": el dardo envenenado de Ryanair

Michael O'Leary, presidente de Ryanair. Archivo

O la procesión va por dentro, y Ryanair tiene miedo de que sus dos principales rivales de bajo coste españoles se fusionen, o el gigante del low cost irlandes se frota las manos en previsión de que la unión de Vueling y Clickair sea un fracaso. Fernando Conte, presidente de Iberia, señaló la semana pasada que esperaba que la fusión de Vueling y Clickair "se cierre lo antes posible"

Lo cierto es que Eddie Wilson, director de Recursos Humanos y Operaciones en Vuelo de Ryanair, emuló a su jefe, el siempre excéntrico Michael O'Leary, y definió una posible fusión de Vueling y Clickair como "un ciego guiando a otro ciego".

Para Wilson el problema de las dos compañías españolas es que "no han sabido ajustar su negocio" y han sido incapaces de obtener "el beneficio esperado". El directivo de Ryanair recordó que ambas aerolíneas pierden dinero y auguró que su situación irá a peor si sigue aumentando el precio del combustible, que en las últimas semanas ha superado los 135 dólares por barril.

Al contrario que sus competidoras españolas, Ryanair obtuvo el año pasado un beneficio de 390 millones de euros, un 10 por ciento menos. La compañía justifica esta caída por su inversión en Air Lingus, aerolínea de la que ya son dueños del 29,2 por ciento. Además, presume de que estos datos se han conseguido bajando la tarifa media del billete un 1 por ciento.

Ryanair y el petróleo

Pero los buenos resultados del pasado ejercicio, que finalizó el 31 marzo, no pueden esconder la preocupación de Ryanair por la escalada del precio del petróleo. Si el precio del barril de crudo se mantiene en 130 dólares, la compañía podría tener unas pérdidas este ejercicio de 125 millones de euros.

En el caso de que se diera este escenario, la intención de la compañía irlandesa es aumentar un cinco por ciento el precio del billete para conseguir entrar en beneficios. Si el barril se mantuviera en un precio medio de 115 dólares, las ganancias serían de 50 millones de euros sin tener que subir las tarifas. El mejor escenario, con un Brent a 100 dólares, les daría un beneficio de 225 millones.

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