París, 22 ago (EFECOM).- El Gobierno conservador francés no se plantea ahora echar mano de un inusual recurso constitucional, la moción de confianza, para imponer el proyecto de ley sobre energía, que posibilita la fusión de las compañías Suez y Gaz de France.
La posibilidad de aplicar el artículo 49.3 de la Constitución para cortar el debate parlamentario e imponer la adopción del texto, sin voto, fue considerada hoy como prematura por el presidente de la comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional (cámara baja), el conservador Patrick Ollier.
Esa hipótesis fue barajada hoy por el diputado Hervé Mariton, considerado un allegado del primer ministro, Dominique de Villepin.
Pero Ollier insistió posteriormente que esa posibilidad no está actualmente en la agenda y que habrá que esperar hasta finales de septiembre, cuando está previsto que el Parlamento haya concluido el debate y procedido al voto del proyecto de ley.
Los comunistas han depositado ya 30.000 enmiendas al texto y se espera que los socialistas presenten otras tantas, lo que ralentizará enormemente el debate el Parlamento, que ha adelantado excepcionalmente sus trabajos a septiembre para poder agilizar los trámites necesarios para la fusión.
El 49.3 fue utilizado por Villepin el pasado febrero para sacar adelante el proyecto de ley de igualdad de oportunidades y su polémico nuevo contrato laboral para los jóvenes, que luego se vio obligado a retirar por la presión de la calle.
Cuando un Gobierno invoca el artículo 49-3, el debate parlamentario se suspende y el texto es considerado como adoptado salvo si prospera una moción de censura, presentada en un plazo de 24 horas.
El predecesor de Villepin y también conservador Jean-Pierre Raffarin recurrió dos veces al 49-3: en febrero de 2003 para imponer una reforma electoral y en julio de 2004 para la descentralización. EFECOM
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