
Jean-Laurent Bonnafé, director general de BNP Paribas, piensa que en un horizonte de tres a cinco años habrá operaciones entre bancos regionales o semiglobales. Habla también del futuro próximo de la entidad y asegura que podría reducir entre un 5 y un 10% el número de sucursales en dos años.
Con el plan estratégico, ¿se pasa la página de la crisis financiera?
Entramos en un universo bancario nuevo, caracterizado por un entorno más regulado pero más sofisticado también debido al desarrollo de las nuevas tecnologías. Hemos tomado nota, adaptando y reforzando nuestro modelo de banco universal. En seis años, también hemos reducido en casi 700.000 millones nuestro balance total. El plan pretende subir de marcha y escribir las primeras páginas de un nuevo ciclo que controlará la industria en los próximos treinta años. Queremos reforzar la proximidad, la intensidad comercial con nuestros clientes, particulares, empresas e instituciones.
Al afirmar el modelo de banco universal, se opone al comisario Michel Barnier, que parece arremeter en su contra?
En todo caso, es el modelo elegido por EEUU. La norma Volker dice lo que hay que hacer para ser un banco universal y los americanos son los que tienen el modelo de regulación bancaria más logrado. Los alemanes, franceses e italianos han escogido normas equivalentes y, por su visión global, el regulador único europeo se ha adaptado al modelo de banco universal. El mundo ha elegido los 220 voltios. Volver a los 110 no permitirá tener la misma potencia.
Usted aspira a un rendimiento de fondos propios del 10% de aquí a 2016. ¿Los ambiciosos objetivos alcanzados por el sector ya no están de actualidad?
El nivel de intensidad capitalista exigido por los reguladores ya no permite plantearse los niveles de retorno de fondos propios de antes de la crisis. Actualmente tenemos 75.000 millones de fondos propios, frente a 30.000 millones en 2008. En ese contexto, aspirar a un rendimiento de fondos propios de al menos el 10% está muy bien. Los objetivos más ambiciosos de bancos de un perfil similar son agresivos sin necesidad.
Dicho eso, a este nivel, el sector bancario está seriamente rezagado respecto a la industria, que se sitúa alrededor del 15%. Ese elemento no anima del todo al crecimiento porque cada vez deberemos recurrir más a los mercados para acompañar a nuestros clientes.
Ya ha logrado su objetivo para 2016 de un ratio de fondos propios bajo criterios Basilea III del 10%. ¿Cómo va a usar sus nuevos márgenes de maniobra?
Nos vamos a desarrollar con crecimiento orgánico y crecimiento externo enfocado. La adquisición de BGZ en Polonia está en curso. Si el gobierno belga vende parte de su participación en nuestro grupo, estaremos en la medida de recomprarla. Y vamos a distribuir el 45% de nuestro resultado neto, frente a alrededor del 30% en los últimos años.
¿La unión bancaria relanzará las adquisiciones en Europa?
En un horizonte de 3 a 5 años, se puede prever que habrá operaciones entre bancos regionales o semi-globales. Los bancos se beneficiarán de la seguridad de un supervisor único y los balances de los bancos de la UE serán más seguros. Está claro que el tejido bancario homogéneo de la zona euro creará algo positivo.
La UE ha llegado a un acuerdo sobre un fondo de resolución única. Los bancos deberán ampliarlo. ¿Había anticipado este nuevo cargo?
Se trata de un acuerdo de principio que describe el espíritu pero delega en los reguladores la tarea de definir las modalidades. En Francia, el impuesto sistémico se creó hace cuatro años para permitir al estado convertirse en garante en caso de problemas. El producto del impuesto, que supone casi 1.000 millones al año, debería alimentar los fondos de resolución. En diez años, estaríamos hablando de 10.000 millones, lo que corresponde a la contribución razonable que deberían exigirnos.
Pone mucho énfasis en el plano internacional, con el lanzamiento de Hello bank! en nuevos países?
Nuestro banco digital se dirige a una clientela con necesidades simples, centradas en la movilidad. Nos permite conservar clientes que de otro modo se marcharían hacia bancos que trabajan a través de Internet y captar otros nuevos. Dos tercios de los clientes de Hello Bank! proceden de otras redes y avanzamos en todos los mercados.
También tenemos un proyecto de iniciativas inspiradas en Hello bank! en Turquía, donde el grupo ya está presente con una cuota de mercado del 4% al 5%, y de aquí a 2016 en otros países de Europa central, incluso donde no contamos con ninguna red. Por lo demás, en banca de consumo estamos en trámites de comprar BGZ en Polonia, a la espera de los permisos de las autoridades en otoño. Nos interesamos por Asia y en particular China, donde estamos estudiando cómo lanzar proyectos de aquí a 2020. Para nuestros clientes institucionales y corporativos, nuestro plan en Asia se desarrolla a la perfección y en Europa ya somos el banco de referencia de las grandes y medianas empresas.
¿Cómo va a evolucionar la red de agencias bancarias en Francia?
El planteamiento digital no es incompatible con un enfoque multicanal. Nuestra red se adaptará a los hábitos de consumo de los clientes, que cada vez van menos a la agencia (sucursales). No hace falta plantarse y decir que si aquí estamos, aquí nos quedamos. Una reducción del número de agencias del 5% al 10% de aquí a 2016 no es irrazonable.
Los clientes acuden a la oficina banacaria para proyectos más complejos y esperan más conocimientos de sus asesores. La red debe adaptarse, especializándose. En Francia propondremos tres formatos: la agencia-exprés para operaciones básicas, la agencia-asesoría para una relación bancaria con un asesor y la agencia de proyectos para operaciones más comprometidas, como los créditos inmobiliarios, el paso a la jubilación...
Impuestos a las operaciones financieras, manipulaciones de tipos interbancarios o tipo de cambio... La banca de finanzas evoluciona en un contexto incierto. ¿Es posible la proyección?
El impuesto a las operaciones financieras es un asunto político sobre el que no voy a emitir ningún juicio. Pero si debe existir, tendrá que hacerlo en un entorno coherente que englobe a los 27 países miembros de la Unión Europea. Si sólo existe en once países, se producirá una deserción de las actividades de mercado afectadas por dicho impuesto hacia los demás países. Las consecuencias serían catastróficas y totalmente infravaloradas.