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Los pediatras recomiendan el entrenamiento para prevenir desgarros del LCA

Por Andrew y M. y Seaman

29 abr (Reuters Health) - La Academia Estadounidense dePediatría recomienda que los médicos que trabajan con escuelas yorganizaciones deportivas promuevan el entrenamiento parareducir el riesgo de desgarros del ligamento cruzado anterior(LCA).

En su documento, la AAP, por su sigla en inglés, tambiénincluye información para que los médicos puedan tratar ydiagnosticar esos desgarros, que están creciendo en los atletasjuveniles, en especial, en las mujeres.

"La AAP elaboró un documento de actualización de lainformación clínica sobre esas tres cuestiones para lospediatras y la población general", dijo la autora principal,doctora Cynthia LaBella, sobre el informe publicado enPediatrics.

LaBella es especialista en medicina deportiva del Hospitalde Niños Ann & Robert H. Lurie, Chicago.

El LCA es uno de los cuatro ligamentos fundamentales queunen los huesos de la rodilla. Los ligamentos le dan estabilidada la rodilla durante el movimiento.

El LCA se puede desgarrar durante un movimiento rápido paracambiar la dirección, al caer incorrectamente de un salto, alfrenar abruptamente o al chocar contra otra persona.

El fútbol, el fútbol americano, el baloncesto y la gimnasiason algunos de los deportes con mayor cantidad de desgarros delLCA en el colegio secundario. Las mujeres están especialmenteexpuestas al riesgo de sufrir esa lesión durante el secundario,según publica el comité que elaboró el informe.

Esto se debería a que el crecimiento en la pubertad suma máspeso en las articulaciones. Mientras que los varones desarrollanmás fuerza muscular y coordinación de manera paralela, lasmujeres pasan por otro proceso de desarrollo.

Los expertos recomiendan promover los programas deentrenamiento neuromuscular que fortalecen los músculos de laspiernas, mejoran la estabilidad y enseñan cómo moverse de formasegura. Aseguran que los elementos de esos programas quelograron reducir el riesgo de desgarro del LCA son lapliométrica o el entrenamiento para saltar adecuadamente y laretroalimentación personalizada a cada atleta.

Los programas que también incluyen el entrenamiento muscularestán entre los más exitosos en la reducción de las tasas delesiones del LCA.

Para el doctor Lyle Micheli, tiene sentido que elentrenamiento neuromuscular que describe el informe déresultado. Es el tipo de entrenamiento que utiliza la Divisiónde Medicina del Deporte del Hospital de Niños de Boston que éldirige.

"En el ballet, las niñas y los niños comienzan las clasescuando tienen cuatro, cinco o seis (años) -dijo-. Aprenden asaltar y caer de pie. No recibimos muchas consultaspor lesiones del LCA en el ballet".

Micheli, que fundó el Centro Micheli para la Prevención delas Lesiones Deportivas, no participó en la redacción delinforme de la AAP.

Un estudio citado en el documento había demostrado que elentrenamiento está asociado con un 72 por ciento menos riesgo delesiones del LCA en las atletas menores de 18 años. Y disminuíaun 16 por ciento en las mayores de 18 años.

La AAP dice que no existe evidencia suficiente que respaldeel uso de férulas para prevenir las lesiones de LCA.Muchos niños que sufren de un desgarro del LCA tendrán que seroperados. Para esos niños, la AAP considera que es razonableesperar con la operación hasta que ésta no altere el crecimientode las piernas.

También existen técnicas quirúrgicas de reparacióndel LCA que no interfieren con la placa epifisaria delcrecimiento.

"Las necesidades y los objetivos varían en cada paciente-sostuvo LaBella-. Es una decisión individual".

Independientemente del tratamiento elegido, la AAPrecomienda que los médicos les expliquen a sus pacientes quetendrán riesgo de desarrollar osteoartritis temprana, que ocurrepor el uso y desgaste de la rodilla.

En cuanto al diagnóstico, LaBella aconsejó que los padres,los atletas y los entrenadores presten atención a los signos dealarma del desgarro del LCA. "La mayoría sentirá que su rodillacede al estar de pie", precisó. Agregó que larodilla también puede inflamarse.

FUENTE: Pediatrics, online 28 de abril del 2014.

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