Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - El intervalo entre lastemporadas de juego no sería suficiente para que el cerebro delos jugadores de fútbol americano se recupere de los golpesrecibidos durante los partidos y el entrenamiento, según sugiereun estudio pequeño.
Un equipo descubrió cambios en la materia blanca del cerebrode 10 atletas universitarios después de una temporada de juego.Después de seis meses sin jugar, el cerebro de esos jugadores nose había recuperado.
"Nuestra mejor explicación sería que es una lesión cerebralleve, el mismo tipo de lesión que padecería el cerebro despuésde un traumatismo de cráneo", indicó el doctor Jeffrey Bazarian,de la Facultad de Medicina y Odontología de University ofRochester, Nueva York, sobre los resultados publicados en PLOSONE.
Con su equipo halló en las imágenes del cerebro de jugadoresde fútbol americano universitarios que no acababan de sufrirtraumatismos la misma cantidad de cambios que en los atletasatendidos por ese tipo de lesiones.
"Quisimos ver qué efecto tenía el descanso en esos cambios-comentó Bazarian-. Pensamos que si la lesión desaparece conseis meses de descanso, quizás no sea un problema", agregó.
Por otro lado, esas variaciones pueden acumularse si elcerebro no se recupera. Eso, en teoría, favorecería la apariciónde la encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad queafecta a algunos deportistas que sufren golpes reiterados en lacabeza.
Los síntomas, que suelen aparecer después de los últimostraumatismos, a menudo incluyen pérdida de memoria, agresión ydemencia.
Los autores reunieron a 10 jugadores de fútbol americanode University of Rochester y les hicieron estudios por imágenesal inicio y al final de la temporada 2011, y, nuevamente, a losseis meses. Lo mismo sucedió con cinco universitarios que noeran atletas a modo de comparación.
A los casos de los jugadores, les colocaron dispositivospara registrar cuántos golpes fuertes recibían durante latemporada de juego. Ningún jugador sufrió de un traumatismo enese período, pero casa uno recibió entre 431 y 1850 golpes en lacabeza.
Al comparar las imágenes de los atletas con las de los queno eran atletas, los autores detectaron cambios en la materiablanca de los jugadores al final de la temporada. El tamaño deesos cambios parecía depender de la cantidad de golpes que habíasufrido el deportista durante la temporada.
La materia blanca es la capa interior del cerebro y estáformada de fibras nerviosas que transmiten los mensajes en elcerebro.
Después de seis meses de descanso, los jugadores aúnconservaban los cambios del cerebro. Esas lesiones no parecíaninfluir en el rendimiento deportivo, pero Bazarian dijo que esopodría suceder con la acumulación de los traumatismos demúltiples temporadas.
"Los síntomas suelen aparecer mucho tiempo después de ladetección de los cambios neurológicos en los estudios porimágenes", finalizó el autor.
FUENTE: PLOS ONE, online 16 de abril del 2014.