Por C.E. Huggins
NUEVA YORK (Reuters Health) - La conducta de los fumadoresde marihuana es más importante que la potencia de la droga o lacantidad que consumen de su ingrediente psicoactivo (THC) paraprever quién desarrollará una adicción, según indica un pequeñoestudio nuevo.
Los investigadores han debatido si los fumadores de lasvariedades de cannabis de alta potencia corren un mayor riesgode adicción, debido a que consumen más THC, o si compensan lafuerza de la marihuana inhalando menos de ella.
Eso en realidad no importa, dicen los autores del nuevoestudio. Los fumadores de marihuana potente reciben más THC queaquellos que consumen las variedades tradicionales, según sushallazgos. Sin embargo, es la forma de fumar la que predijoquien tenía más probabilidades de volverse dependiente.
"Ninguna droga se consume sin riesgos", dijo la autoraprincipal, Peggy van der Pol, candidata a doctora del InstitutoTrimbos, parte del Instituto para la Salud Mental y lasAdicciones de Países Bajos.
"Cuando se consume cannabis más potente, es probable inhalarmás THC que con cannabis más suave", dijo a Reuters Health através de un correo electrónico.
La mayoría de los estudios previos sobre la adicción alcannabis se orientaron principalmente a la frecuencia de suconsumo, según publica el equipo de Van der Pol en la revistaAddiction.
Pero asumir que una mayor exposición al THC lleva a un mayorriesgo de adicción ignora la posibilidad de que la dosis de THCno sea el principal factor para determinar quién desarrolla unaadicción, escribieron.
Ahora, el equipo de Van der Pol analizó información de 98adultos jóvenes que participaban de un estudio a largo plazosobre el consumo frecuente de marihuana en Países Bajos. Losconvocaron desde cafeterías donde se vende y se consume cannabiso a través de referencias.
Cada persona informó qué cantidad de marihuana fumaba por lomenos tres días de la semana, durante más de un año.
Al inicio del estudio, tres cuartos de los participanteseran hombres de unos 23 años, en promedio. Uno de cada trescumplía con el criterio clínico de adicción.
Al año y medio del inicio del estudio y un año y mediodespués, los investigadores los entrevistaron para conocercuánto cannabis seguían consumiendo y los invitaron a fumar uncigarrillo de marihuana en un ambiente cómodo mientras losautores observaban su comportamiento.
Para simular las condiciones del mundo real, los fumadorespodían llevar su cannabis y armar sus cigarrillos.
A diferencia de lo que habían anticipado los investigadores,los fumadores de las variedades de cannabis más potentes noarmaron cigarrillos más suaves, sino que utilizaron más cannabisen cada cigarrillo que los participantes que consumían lasvariedades más suaves.
Los fumadores de las variedades fuertes inhalaban menoscantidad de humo y fumaban más lentamente que el resto, dijo elestudio.
"Los usuarios parecerían ajustar parcialmente su consumo deTHC, pero no lo suficiente como para compensar completamente lapotencia del THC", indicó van der Pol a Reuters Health. "De modoque los consumidores de cannabis más potente están generalmenteexpuestos a más THC", agregó.
Esos ajustes no serían intencionales, según explicó.
"En promedio, los consumidores no compensan totalmente lapotencia del cannabis al inhalar menos humo. Aun así, como laconducta al fumar es un proceso inconsciente, ellos no saben sicompensan o no (en parte) el consumo", sostuvo.
Dar bocanadas más pequeñas y más espaciadas no pareciómodificar el riesgo de desarrollar la adicción.
La disminución de la cantidad de pitadas (lo que sedeterminó con un dispositivo que mide el volumen de inspiración,su duración y otros factores) y la cantidad total de bocanadasestuvo asociado con una mayor adicción a la marihuana, al iniciodel estudio y durante el seguimiento.
La exposición mensual total al THC anticipó la gravedad dela adicción a los tres años, aunque no independientemente de laadicción al inicio del estudio.
Sólo las conductas al fumar, como la cantidad de cigarrilloconsumido o la frecuencia de las inhalaciones, permitieronanticipar la adicción a los tres años sin importar la exposiciónal THC o la adicción al comienzo del estudio, dijeron losinvestigadores.
El doctor Wilson Compton, subdirector del Instituto Nacionalde Adicciones (NIDA, por su nombre en inglés), dijo por correoelectrónico:
"Es un estudio importante que ayuda a comprender que elaumento de la potencia de la marihuana estaría asociada con elaumento de los niveles de THC en sangre, a pesar de que elusuario compense el consumo cuando la marihuana es más potente".
Compton, que no participó del estudio, señaló que "ésta esun área de investigación importante y necesitamos comprenderlamejor".
FUENTE: Addiction, online 16 de marzo del 2014. http://bit.ly/1f0JCrn