Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Iberian Partners, encargó a su marido, Carles Vilarrubí, la valoración de los siete embotelladores de la compañía para su fusión en esta nueva empresa. Vilarrubí es vicepresidente ejecutivo de Rothschild, el banco que junto a Barclays asesoró a los accionistas de las antiguas franquicias de Coca-Cola en España, jugando un papel clave en el reparto posterior de poder. Un asesor de la embotelladora de Coca-Cola amenaza a elEconomista.
Tras su valoración, la familia Daurella se hizo con un 42% del accionariado de la nueva compañía, muy por delante del resto.
La familia Gómez Trenor tiene un 20%, y los Urrutia, los Comenge y los Mora Figueroa un 10% cada uno, quedando el resto en manos de los minoritarios. Como consecuencia de ese reparto, Cobega acaparó la mayor parte de los puestos directivos, tanto en la cúpula como en un segundo nivel. Además de Sol Daurella como presidenta, Mario Rotllant fue nombrado vicepresidente y Victor Rufart consejero delegado.
Eso en primera línea, porque en el segundo escalafón la embotelladora catalana también aglutina la mayor parte de la responsabilidad directiva.
La más grande
Cobega era la mayor de todas las embotelladoras y se encargaba del negocio en Cataluña y Baleares y sus accionistas, los Daurella, controlaban también participaciones en algunas de las otras seis compañías, fundamentalmente en Casbega, la segunda en importancia y responsable del centro de España.
Aún así, los trabajadores de la compañía en Fuenlabrada (Madrid) consideran que ni su negocio ni sus acciones justifican el peso que han tomado en la nueva empresa, convirtiéndose en accionistas de referencia, y tomando prácticamente el poder. "Si la embotelladora ha decidido cerrar la fábrica de Madrid y reforzar en cambio la de Barcelona es lógicamente porque los que mandan ahora son los Daurella", aseguran desde CCOO.
Carles Vilarrubí, que además de trabajar en Rothschild es vicepresidente del FC Barcelona, es amigo del expresidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol y está estrechamente ligado a Convergencia i Unió. Con una dilatada trayectoria en los sectores de la comunicación, las finanzas y la tecnología, empezó a trabajar para Pujol en la campaña de las elecciones autonómicas que le llevaron a la presidencia en 1980, llegando a ocupar posteriormente la dirección de la Corporación Catalana de Radio y Televisión, en la que se integra TV3.
Según las fuentes consultadas, tuvo además un papel clave en la renuncia el año pasado de Artur Mas a gravar las bebidas refrescantes, tal y como tenía previsto.
De hecho, Coca-Cola Iberian Partners llegó a estudiar varios modelos de reestruturación que no contemplaban el cierre de la planta de Fuenlabrada (Madrid) y se decantó finalmente por la clausura de ésta en favor de la de Barcelona, en la que se añadirán dos nuevas líneas de producción, tras la retirada precisamente del plan para gravar a los refrescos por parte de la Generalitat. No obstante, es cierto también que la embotelladora ha decidido a pesar de todo traer a Madrid la sede central del grupo.
Valor de la compañía
El valor en libros de Coca-Cola Iberian Partners es de 1.517 millones, una cifra muy parecida a la que valdría en bolsa -unos 1.340 millones de euros-, según informó el pasado 20 de febrero este periódico, si finalmente sale al mercado para financiar su expansión en el extranjero, tal aseguró Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola España, y si lo hace a los múltiplos a los que están cotizando el resto de embotelladoras de la multinacional en el mundo.
Su propósito, con esta posible OPV, será financiar su expansión en el extranjero y optar al negocio de embotellado en otros países. La prioridad en este momento no es sin embargo la salida a bolsa, sino la ejecución del plan de reestructuración de la empresa y el cierre de las cuatro fábricas previsto en el Expediente de Regulación de Empleo.