Empresas y finanzas

Carl Icahn, el gran 'especulador'

Empresario, inversor, multimillonario, especulador, pero también filántropo, son algunas de las palabras que mejor definen a Carl Icahn, un tiburón de las finanzas nacido en Nueva York hace 72 años, que se mueve como pez en el agua en el siempre trepidante mundo de Wall Street.

Con una fortuna personal que la revista Forbes estima en 14.500 millones de dólares (alrededor de 9.300 millones de euros), Icahn, de ascendencia judia, pisó profesionalmente las tablas de la primera bolsa del planeta en 1961, tras pasar por la Universidad de Princeton y por la Escuela Universitaria de Medicina de la ciudad de los rascacielos, que abandonó sin conseguir la graduación.

Pero no fue hasta el ya lejano 1968, con 32 años, cuando constituyó su primera compañía, Icahn & Co, centrada en la gestión de valores, fundamentalmente en los campos de riesgo y de comercio. En sólo una década pasó de aconsejar a sus clientes a tomar participaciones de control en las empresas más importantes de Estados Unidos. Así, ha sido propietario de participaciones en firmas como Nabisco, TWA, Texaco, Time Warner, Wester Union, Viacom, Uniroyal, Marvel Comics, Motorola o, más recientemente, en Yahoo!, donde en sólo dos semanas invirtió casi 1.000 millones de euros para hacerse con 59 millones de títulos.

Despiado en los negocios

Despiadado en la arena de los negocios, Icahn, que mueve millones de dólares de una empresa a otra con la misma naturalidad que un niño cambia cromos con sus amigos, olisqueó con su olfato de buen sabueso que Oracle podría adquirir la firma de software de gestión empresarial BEA Systems, lo que le movió a ir aumentando su participación en la firma, de un inicial 8.5 por ciento hasta un final 13,22 por ciento. Finalmente Oracle compró BEA por 5.752 millones de euros y el magnate se embolsó 19,37 dólares (13,1 euros) por cada uno de sus títulos. Una operación redonda si se tiene en cuenta que la compañía de Larry Ellison había ofrecido, sólo tres meses antes, 17 dólares por cada título de la absorbida BEA. Aquí ganó 200 millones de dólares.

La labor filantrópica de este amante del mundo equino -ha criado yeguas por las que ha pagado cantidades de hasta siete millones de dólares-, se circunscribe a la construcción del Icahn Stadium, en la Isla Randall de Nueva York y a sufragar con 160.000 dólares por alumno y curso un programa escolar que, por supuesto, lleva también su nombre. Además patrocinó el establecimiento de un laboratorio del genoma en la Universidad de Prin- ceton y ha hecho algunas donaciones a hospitales, como el Monte Sinaí de Nueva York.

Propietario de American Real Estate Partners, Icahn, conocido por sus camisas azules con cuello blanco, es ejemplo de buena suerte en los negocios. El libro que recoge su historia vital está siempre agotado.

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