
Las exportaciones del sector agroalimentario español están en el nivel más alto de toda su historia. Según las estimaciones del Icex, en 2013 alcanzaron un valor superior a 36.000 millones de euros, lo que supone un 31% más respecto las registradas en 2008, justo antes de la crisis económica, cuando llegaron a 27.440 millones de euros. Y es una cantidad que podría ser incluso mayor, si se confirma que durante el mes de diciembre esas exportaciones crecieron, como mínimo, al mismo ritmo con el que evolucionaron de enero a noviembre -de media un 3,63% más respecto al año anterior-, cuando ya suponían 33.101 millones de euros.
Es un éxito del que son directamente responsables las 15.000 empresas exportadoras del sector, cuya apuesta por vender sus productos en el exterior sigue aumentando. De hecho, si en 2012 el número de empresas agroalimentarias que exportaron creció un 7% respecto a 2011, en 2013 ese incremento fue del 8% respecto a los datos de un año antes, según Inés Menéndez de Luarca, directora de la división de alimentación, vino y gastronomía del Icex.
Y lo más importante además es que de esas 15.000 empresas exportadoras, más de 8.000 lo hacen de forma regular, es decir, consecutivamente durante al menos cuatro años, lo que representa unos niveles bastante superiores a la media española.
En lo más alto del pódium
"El sector agroalimentario español está en condiciones de sacar pecho", sostiene Menéndez de Luarca, quien recuerda que España es el primer exportador mundial de aceite y aceituna, de productos frescos, de frutas y de hortalizas. Además, nuestro país es el primer productor de conservas de pescado y de vino, superando así a algunos de nuestros principales competidores, como Italia y Francia. "Ahora lo que hay que intentar es colocar ese vino en los mercados exteriores a buen precio", apostilla la responsable de Alimentación del Icex.
Gracias a todos esos logros, España es ya el octavo exportador del mundo del sector agroalimentario, por delante de países como Italia, Reino Unido o México, por ejemplo, y lo ha conseguido no sólo vendiendo más en términos de volumen sino también en valor. "Ahora vendemos más envasado y más productos gourmet. Lo estamos viendo por ejemplo en vinos. Y eso es muy bueno para España porque arrastra al resto de productos. Para nosotros, tanto para el Ministerio de Agricultura como para la Secretaría de Estado de Comercio, como para el Icex, es importantísimo primar el producto de calidad y dar un valor añadido adicional al consumidor extranjero, y que él lo perciba así y esté dispuesto a pagarlo porque eso consolida a España como un país con productos de alta gama", explica Menéndez de Luarca.
La principal debilidad en este momento es que el 75% de nuestras exportaciones agroalimentarias dependen todavía de la Unión Europea. Una concentración que, para el Icex, aunque es cada vez menor, todavía sigue siendo "excesiva" y sea necesario diversificar.
Según los datos de este organismo, dentro de la UE nuestros principales mercados son Reino Unido, Alemania, Italia y Francia. Y fuera, Suiza, Estados Unidos, Rusia, China y Japón.
"Es evidente que hay un potencial de crecimiento y que debemos trabajar en otras áreas más dinámicas y en países que se consideran como los futuros emergentes, como en Asia, Latinoamérica y Centroamérica", explica Menéndez de Luarca. El objetivo está ahora puesto en India, Singapur, Corea, Taiwán, Tailandia, la zona del Golfo Pérsico, Brasil, Colombia, Perú y Canadá. Para ello hay sin embargo un handicap y es el pequeño tamaño de nuestras empresas, en uno de los sectores más atomizados de la economía española. "Podemos estar muy orgullosos de nuestro sector, porque tenemos empresas que venden fuera el 80% de su producción pero sería muy bueno que hubiera compañías más grandes", dice la directiva del Icex.
El impulso de la gastronomía
En la administración valoran además muy positivamente el hecho de que cada vez se estén abriendo más bares y restaurantes españoles en el exterior. "Tener el mejor restaurante del mundo y tantas estrellas Michelin es, quieras o no, una herramienta de promoción de nuestros productos. Los restaurantes españoles repartidos por todo el mundo son embajadores de nuestros alimentos y de nuestros vinos", apostilla, justo antes de mencionar al turismo como otro elemento decisivo a la hora de dar un espaldarazo al sector. Las puertas del mercado internacional se han abierto para nuestras empresas.
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