Empresas y finanzas

Dr. Oetker: el pasado nazi de un imperio familar

  • Dr. Oetker suministró provisiones a los soldados nazis en la II Guerra Mundial
  • El impulsor del imperio formó parte de las SS y se entrenó en Dachau
Rudolf-August Oetker. Foto: Bloomberg

Dr. Oetker es un conglomerado alimenticio-industrial alemán con más de 26.000 empleados y unas ventas anuales de 10.900 millones de euros. Pero también tiene un lado oscuro: gran parte de su desarrollo fue al calor del Tercer Reich, y miembros destacados de la dinastía fueron nazis convencidos.

El gran impulsor de Dr. Oetker, Rudolf-August Oetker, se hizo con las riendas del incipiente imperio en 1944, momento en el que tuvo que abandonar su entrenamiento para convertirse en oficial de las SS por la muerte en un bombardeo aliado de su madre y de su padrastro, un hombre de negocios muy afín a los nazis y que se había convertido en pieza clave de los suministros para los soldados durante la II Guerra Mundial.

Una historia que comenzó en una farmacia

El origen de la compañía, sin embargo, data de 1891, cuando el farmacéutico August Oetker, abuelo de Rudolf-August, empezó a vender levadura en polvo que no cambiaba el sabor de los productos. Su único hijo, Rudolf, murió en la batalla de Verdún (1916) en Francia durante la I Guerra Mundial, mientras su mujer estaba embarazada del futuro magnate Rudolf-August.

La madre de Rudolf, Ida Meyer, se casó tres años después con Richard Kaselowsky, amigo cercano de su difunto esposo, y junto a Louis Oetker, hermano del fundador de la empresa, se hicieron cargo del negocio familiar en 1921. Kaselowsky y Oetker consiguieron expandir y diversificar la empresa, entrando en negocios como cosechadoras y producción de fosfatos.

El negocio fluyó, y Kaselowsky, al cargo de la empresa tras la muerte de Louis Oetker en 1993, formaba parte del partido Nazi y pertenecía al círculo de empresarios de élite cercanos al régimen que aglutinó Heinrich Himmler, jefe de las SS e ideólogo del Holocausto.

La compañía no mostró solo afinidad con el Tercer Reich, sino que se convirtió en un proveedor clave de provisiones para las tropas nazis. "Kaselowsky y Oetker aprovecharon las oportunidades que el régimen les ofreció", explicó Sven Keller, co-autor de un estudio sobre la colaboración de la familia con los nazis y que ha patrocinado la propia empresa.

Imagen del milagro económico alemán

En octubre de 1944 llegó el momento del joven Rudolf-August. Con solo 28 años conoció la noticia de la muerte de su familia, y obtuvo permiso para hacerse cargo de la empresa. El joven, ex voluntario de las SS y con formación en el campo de concentración de Dachau, tomaría las riendas de un conglomerado que durante los siguientes sesenta años se convertiría en una de las empresas más conocidas de Alemania y uno de los símbolos de su milagro económico.

Oetker fue arrestado por las tropas británicas en mayo de 1945, pero consiguió salir absuelto y volvió al frente de la compañía dos años después. Las cosas no le pudieron ir mejor, y rápidamente se consagró como uno de los empresarios más importantes de Alemania.

"La niebla se ha disipado"

Y siguió expandiendo su negocio: compró bodegas, fábricas de cerveza, bancos y navieras, creando un conglomerado que dirigió hasta 1981, cuando le sucedió August, el mayor de sus ocho hijos (de tres matrimonios distintos). Ya retirado, se dedicó a coleccionar arte y a expandir otra rama del imperio, la de los hoteles de lujo.

Rudolf-August nunca comentó con sus descendientes sus simpatías nazis ni su implicación en el Tercer Reich. Sin embargo, han sido ellos los que han querido clarificar su pasado. "Mi padre era un nacionalsocialista", explicó August Oetker en una entrevista con el diario alemán Die Zeit. "Ahora que sabemos los hechos, la niebla se ha disipado".

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