La Oficina Alemana Antimononopolios impuso multas de 106,5 millones de euros a varias cerveceras alemanas por pactar entre ellas alzas de precios en el año 2008.
Entre las cerveceras afectadas están varias de las más grandes del país como Bitburger, Krombacher, Veltnis o Warsteiner. Además, están involucrados otros dos consorcios y cuatro cerveceras regionales cuyos nombres no fueron revelados.
La Oficina Antimonopolios considera demostrado que las cervecerías coordinaron su política de precio en conversaciones telefónicas. El proceso estuvo basado en informaciones del consorcio Anheuser Bush, que tiene la marca Beck en Alemania.