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La playa de Seseña

El Manhattan de Seseña. Así han bautizado los medios de comunicación a la ciudad que, en pleno desierto toledano, está levantando Francisco Hernando, un polémico constructor más conocido como El Pocero de Seseña.

Este apodo responde a su doble realidad: su pasado familiar, limpiando pozos, y su multimillonario presente, gracias a la especulación urbanística que se está llevando a cabo en el municipio de Seseña.

Al menos, eso sospecha la Fiscalía Anticorrupción, que el pasado 26 de julio abrió una investigación por un presunto delito continuado de prevaricación, falsificación documental y malversación de caudales públicos. Para colmo, las 13.508 viviendas que Hernando quiere levantar no tienen garantizados servicios tan básicos como hospitales, escuelas, infraestructuras y, sobre todo, agua -por el momento, el Gobierno manchego sólo ha destinado 500.000 euros para un colegio-.

La sequía es prácticamente una realidad en Seseña, que periódicamente sufría cortes de agua cuando el Ayuntamiento de la localidad, entonces gobernado por el PSOE, concedió a El Pocero el permiso necesario para construir el PAU (Plan de Actuación Urbanizadora) El Quiñón, comercialmente conocido como Residencial Francisco Hernando.

Por ejemplo, en junio de 2003, apenas dos meses después de que Hernando recibiera el visto bueno socialista para levantar su ciudad, el nuevo alcalde, Manuel Fuentes, de Izquierda Unida, tuvo que recurrir a 90 cisternas para garantizar agua a toda la población.
Ingeniería para el agua
Pero la escasez de este bien tan preciado no ha sido óbice para que El Pocero construya un lago de 18.000 metros cuadrado y 1,5 metros de profundidad en su nueva ciudad. Tampoco le ha temblado el pulso para construir un campo de fútbol de hierba, ni vestir toda el complejo residencial con zonas verdes y árboles que romper con el dorado y desértico paisaje natural de La Sagra, la seca región toledana donde se ubica Seseña.

Además, el plan contempla una piscina por cada 580 viviendas. Teniendo que cuenta que el objetivo de El Pocero es levantar 13.508 viviendas, podrían llegar a sumarse más de una veintena de piscinas. ¿Cómo conseguirá el agua necesaria? La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, salió a la palestra hace pocas semanas para asegurar que el agua estará a tiempo. Algún día llegará, dijo, pero no cuando entren a vivir los primeros vecinos, en la primera de 2007.

Poco importa que ella misma suscribiera, junto a su compañero de filas José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, una faraónica obra de infraestructuras que, según se intentó vender inicialmente, garantizaba el abastecimiento líquido a la seca comarca de La Sagra.

Estas obras consisten en construir una tubería de 22 kilómetros que permitirá trasladar agua desde la cabecera del Tajo hasta los municipios toledanos. Esta canalización conectará con otra tubería que parte del embalse de Almoguera, en Guadalajara, hasta Noblejas y, de ahí, hasta Seseña. En total, 98 millones de euros que se quieren financiar con fondos europeos.

Aunque la ministra defiende el interés de este trasvase (que ya estaba incluido en el Plan Hidrológico Nacional del PP que rechazó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero), discrepa con Barreda en la fecha de su puesta a punto. La ministra dice que tardará, el presidente manchego asegura que estará a tiempo. Y ninguno se atreve a decir una fecha exacta.

Con esta nueva infraestructura, el ministerio calcula que los habitantes de Seseña tendrán 600 litros de agua por segundo, es decir, más de 50 millones de litros al día. Según el alcalde de Seseña, cada habitante consume 250 litros de agua al día. Como la población actual ya alcanza los 12.000 vecinos, significa que consumen tres millones de litros al día.

Si Hernando consigue levantar las 13.508 viviendas de El Quiñón (por el momento sólo tiene licencia para 5.000), la población se disparará hasta 50.000 habitantes, que consumirán una media de 12,5 millones de litros. Pero Seseña tiene varios proyectos urbanísticos más que, sumado al crecimiento natural del municipio, elevarán la población hasta 100.000 habitantes, que necesitarán 25 millones de litros, es decir, la mitad de todo el suministro que conseguirán los 31 municipios de La Sagra con la futura tubería.

Mientras tanto, El Pocero sigue levantando las primeras 5.090 viviendas del Quiñón y ya tiene llena de agua su particular playa privada, el lago de 18.000 metros cuadrados que, al parecer, ha llenado con los caminos cisternas que le autorizaron a utilizar los concejales del PP y el PSOE del Ayuntamiento de Seseña.

Según figura en la denuncia presentada por Izquierda Unida en Anticorrupción, los cuatro concejales socialistas del municipio toledano y otros tantos populares remitieron una carta a Francisco Hernando pidiéndole que abasteciera de agua al pueblo. "Ante la necesidad imperiosa que tenemos con el agua en nuestro municipio, es por lo que solicitamos de usted la máxima colaboración por parte de dicha empresa para resolver los problemas del agua, en todo lo que usted pudiera ayudarnos ante la Comunidad de Castilla-La Mancha".

El Pocero aprovechó esta misiva para dirigirse al alcalde, ofreciéndose a abastecer el municipio con camiones cisternas. Un objetivo que terminó llevando a cabo y que le ha generado otra polémica acusación.

Entre las numerosas acusaciones de las que está siendo objeto Francisco Hernando, figura el presunto robo de agua al Canal de Isabel II con los camiones cisterna que utiliza para abastecer de agua su nueva ciudad. No obstante, el hijo del constructor puntualizó hace unas semanas a elEconomista que su compañía, Onde 2000, no ha sido acusada del robo.

Según esta declaración, el Seproma (Servicio de Protección de Medio Ambiente) ha denunciado el supuesto robo de agua en el Canal de Isabel II por parte de las empresas Eusebio Blanca y Transportes Magro, subcontratadas por Onde 2000. Esta relación es el motivo de que la sociedad de Francisco Hernando haya sido llamada a testificar en el caso.

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