
Pescanova ha reflejdo un pasivo en sus cuentas de 4.218 millones de euros, casi el triple de lo que comunicó el expresidente de la compañía, Manuel Fernández de Sousa. Según las cuentas remitidas por la empresa a la CNMV, esa cifra incluye tanto la deuda con las entidades financieras -3.417 millones de euros-, como la existente con los acreedores comerciales y otros.
La empresa tiene además un fondo de maniobra negativo -la diferencia entre los activos y los pasivos a corto plazo- de 2.423 millones. Con unas pérdidas el año pasado de 791 millones, el triple que un año antes, la compañía se enfrenta además a una grave incertidumbre: la posible pérdida de su negocio en Chile después de que el juez haya iniciado ya su subasta.
El problema es que aunque la cervecera catalana Damm, de la mano de KKR, Luxempart y el inversor belga Albert Frère, está dispuesta a inyectar 250 millones de euros en el grupo, ha vinculado la oferta a que se mantenga la totalidad del negocio chileno, que factura 200 millones de euros y aporta un 30% del ebitda (resultado bruto operativo) del grupo.
Hemos presentado una propuesta sobre la totalidad de la compañía, no sobre una parte. Evidentemente, si se pierde una pata del negocio, las circunstancias cambiarían", aseguran fuentes próximas a los oferentes.
Lea el artículo completo en la edición en PDF de elEconomista.