La crisis está golpeando con fuerza al sector español de la bollería industrial. Si Panrico ha conseguido evitar in extremis el concurso de acreedores tras pactar un plan de reestructuración con los sindicatos, los números rojos han arrastrado también a Bimbo a una situación muy complicada, obligando a su matriz mexicana a poner en marcha una operación de rescate. En 2012 la compañía perdió 59,8 millones de euros, que se suman a los 21,9 millones del año anterior, cuando cerró un ejercicio atípico de sólo 6 meses.
En sus cuentas anuales, Bimbo admite que "ha obtenido pérdidas por importes significativos en los últimos ejercicios y presenta a 31 de diciembre de 2012 un fondo de maniobra negativo y un patrimonio neto por debajo del capital social". En concreto, de 3,1 millones de euros también negativos, lo que le dejaba en quiebra técnica al incurrir, según la ley, en causa de disolución. Para evitarlo, la matriz mexicana que ha formulado las cuentas de su filial "bajo el principio de empresa en funcionamiento", ha suscrito íntegramente una ampliación de capital por importe de 57 millones de euros.
Bimbo España resalta que cuenta con "el expreso apoyo financiero y comercial" de su matriz para que "pueda realizar sus activos, liquidar sus pasivos y continuar su actividad al menos durante los próximos doce meses". Con unas ventas en el último año de 262 millones, la empresa parece, de hecho, dispuesta a crecer y ha anunciado la apertura de una nueva fábrica en Guadalajara.
Por otro lado, Bimbo descarta que la empresa esté interesada en hacerse con alguno de los activos de Panrico que puedan aparecer en el mercado a raíz de su proceso de reestructuración, lo que la ayudaría a aumentar su cuota de mercado en España. La compañía controlada por el fondo Oaktree, en preconcurso de acreedores, no tiene por el momento planes para desinvertir en ninguna de sus factorías.
Nuevo centro de Bimbo en Guadalajara
