El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha anunciado que el pasado 21 de noviembre la entidad nacionalizada concluyó el proceso de cierre de oficinas que contemplaba las medidas de reestructuración aprobadas por Bruselas, nueve meses después de iniciar este proceso y con dos años de antelación. Gorigolzarri: "Una Cataluña independiente sería una situación muy mala".
"Es un hito extraordinario, sin parangón en el sistema financiero europeo, sobre todo por la celeridad en el proceso de implantación", ha proclamado Goirigolzarri justo cuando se cumple su primer aniversario al frente del banco. Además, ha valorado que el cierre de sucursales de Bankia se ha caracterizado por su "rapidez y éxito", al tiempo que ha puesto de manifiesto la "fidelidad" de los clientes.
El presidente de Bankia ha recordado que el plan de Bruselas contemplaba pasar de 3.100 a 2.000 oficinas de 2012 a 2015, que la entidad se había marcado acometerlo en el primer trimestre de 2014. "La propia red instaba a adelantar el proceso de cierre", ha afirmado en un desayuno informativo organizado por Foro de la Nueva Economía.
No habrá más ayudas
Goirigolzarri ha justificado la aceleración del cierre de oficinas para no mantener la "incertidumbre" en la entidad.
Así, ha insistido en que descarta la necesidad de más ayudas públicas, aunque su devolución dependerá de la gestión del equipo directivo que dirige y de su capacidad de generar rentabilidad, del "sentimiento" del mercado y del plazo del proceso de privatización.
En este sentido, ha calificado de "superficialidad" decir "a priori" si el rescate que ha recibido la entidad para su saneamiento se puede o no devolver en su totalidad, puesto que ha vinculado esta cuestión a varios factores.
"No es lo mismo privatizar a corto que a medio o largo plazo", ha subrayado, para después referirse al inicio de privatización de Lloyds, que se nacionalizó en 2008. Además, el presidente de Bankia ha confiado en la decisión del Gobierno de cuándo iniciar la privatización parcial o total.