Empresas y finanzas

Empresas aztecas a la reconquista de España

Logo de Pemex.Foto: Archivo

Hasta junio, México ha invertido 212,3 millones en España, casi el doble que en todo 2012. Ado ha comprado Avanza, Pemex se lanza a por Repsol; Sigma a por Campofrío y David Martínez se hace con el 5% de Sabadell.

Los mexicanos están consiguiendo dar la vuelta a la tortilla. Si antes de que empezara la crisis eran las empresas españolas las que se lanzaban a conquistar el mercado azteca, ahora son ellos los que saltan el Océano Atlántico y se vienen de compras. Conscientes del buen momento para invertir en la Península Ibérica, gracias, sobre todo, a la bajada de los precios, las grandes corporaciones del país centroamericano quieren aprovechar todas las oportunidades que se presenten.

Ado ha comprado la empresa de autobuses. Avanza, la petrolera Pemex está intentando hacerse con el control de Repsol y negocia a espaldas de Antonio Brufau, presidente de la compañía española, al que pretende destituir; la alimentaria Sigma, propiedad de Alpha, uno de los gigantes industriales mexicanos con presencia en energía y telecomunicaciones, ha comprado el 45 por ciento de Campofrío, lanzando una opa sobre el resto y el multimillonario David Martínez ha invertido 312 millones en el Banco Sabadell, haciéndose con el control en la última ampliación de capital de un 5 por ciento de la entidad, a la espera de entrar en el consejo. Eso, al margen de otras de las familias más influyentes de Monterrey, su ciudad de origen, que también han acudido a la ampliación.

El pistoletazo de salida lo dio sin embargo el grupo Bimbo hace dos años con la compra del negocio de Sara Lee en España y Portugal por 115 millones, una operación que incluía su propia marca, Bimbo, además de Martínez, Ortíz y Silueta.

Y lejos de quedarse así, ahora frente a la grave crisis financiera de Panrico, Bimbo ha anunciado ya su interés por adquirir algunos de sus activos, al margen de poner en marcha un nuevo centro para la producción de pan en terrenos que tiene colindantes a la fábrica de Primad -filial que produce la marca blanca de esta empresa-, en el Polígono de Miralcampo en Azuqueca de Henares (Guadalajara).

Son grandes operaciones, con un gran trasfondo detrás. Y prueba de ello es que si en 2011 México invirtió en total 40,5 millones de euros en nuestro país, el año pasado esa cifra se elevó a 118 millones y en los seis primeros meses de este ejercicio se han alcanzado ya los 212,3 millones. Es decir, que si el ritmo se mantiene, la inversión este año podría multiplicarse por cuatro.

El país que preside Enrique Peña Nieto se ha consolidado así como el primer inversor latinoamericano en territorio español. Pero lo más importante es que ha conseguido decantar además de su lado la balanza comercial de una forma clarísima. Si España ha exportado a México en los nueve primeros meses del año bienes y servicios por un importe de 2.497 millones de euros, las importaciones se han elevado durante ese mismo periodo a 4.224 millones. Es decir, que la balanza comercial ofrece un saldo favorable para ellos de 1.744 millones.

La razón fundamental está en la compra de petróleo. De acuerdo con los datos del Icex, el año pasado les compramos en conjunto suministro energético -fundamentalmente, crudo- por 3.691 millones. A mucha más distancia aparecen ya tecnología industrial (192,1 millones de euros), productos químicos (117,7 millones) y hortofrutícolas (47,1 millones de euros).

Según se explica en el último informe sobre el país elaborado por el Icex, ?México fue el país latinoamericano más afectado por la crisis en 2009, tanto por su dependencia del ciclo económico de Estados Unidos como por factores internos, unido a política fiscal que, con poco margen, no pudo estimular la economía?. El bajo coeficiente de ahorro e inversión, junto a un nivel también mínimo de productividad y falta de estímulos macroeconómicos provocó que el PIB se desplomara ese año un 6,5 por ciento, la mayor caída registrada en décadas.

No obstante, ya desde finales de 2009 y durante todo 2010, el crecimiento de la actividad industrial en Estados Unidos reactivó las exportaciones mexicanas y permitió que el PIB creciera tanto en 2011 como en 2012 un 3,9 por ciento. Las previsiones del Gobierno mexicano para este año se sitúan en un rango de entre el 3 y el 4 por ciento, lo que para el Icex supone que ?la recuperación económica se ha consolidado?. Asus empresas no les falta así capacidad de maniobra.

Tensión en las relaciones

En cualquier caso, no todas las inversiones y proyectos mexicanos son recibidas con la misma satisfacción por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Y la mejor prueba de ello es lo sucedido en Repsol. El ministro de Industria, José Manuel Soria, viajó hace unos días a la capital mexicana para reunirse con el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y con el director general de Pemex, Emilio Lozoya, con el objetivo de frenar una operación de toma de control que esta última compañía estaba preparando, con la intención de sumar además al multimillonario Carlos Slim, el dueño de la operadora de telecomunicaciones América Móvil.

Freno del Gobierno a Pemex

En dicho encuentro, según fuentes consultadas por este diario, Soria explicó que cualquier operación sobre Repsol debía contar con el visto bueno del Gobierno español y se instó a las compañías a dialogar para buscar una solución a sus conflictos. El director general de Pemexhabía arremetido contra la gestión de la española a principios de noviembre, criticando de nuevo esta misma semana su elevada retribución, al insistir que mantiene un blindaje de 22 millones de euros si el consejo decide echarle.

El ministro de Industria recordó al mexicano que hay un blindaje sobre Repsol a través de la Ley del regulador único (CNMC) y que cualquier decisión sobre la misma debe pasar por su aprobación.

La razón es que el Gobierno considera el refino como un activo estratégico y precisamente Repelos ha hecho inversiones relevantes en este área en los últimos años, tanto en Cartagena como en Bilbao, preparando otras en La Coruña y Tarragona.

Mucho más fácil parece, en cambio, la toma de control de Campofrío por parte de la también mexicana Sigma. Tras alcanzar un acuerdo para la compra de un 45 por ciento del capital, la firma ha lanzado una oferta sobre el resto y espera ahora, sobre todo, la respuesta de la china Shuanghui, dueña de un 37 por ciento, y a la que ha ganado ya la batalla. El acuerdo de financiación que Shanghai ha firmado con ocho entidades, liberadas por el Bank of China, impide que ésta pueda seguir endeudándose porque se saltaría los covenants o compromisos firmados en el contrato de crédito.

Ballvé, que se hará conun12,4 por ciento en la nueva sociedad Sigma Europa, la que integrará los activos de Campofrío, negocia ahora con los mexicanos y los chinos a dos bandas. En principio, estos últimos saldrán o se quedarán bajo un compromiso de recompra de sus acciones. México, en cualquier caso, gana.

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