
Tropicana Entertainment, propietario de uno de los casinos más famosos de Las Vegas, el Tropicana, ha presentado una solicitud de declaración de quiebra, aunque ha asegurado que sus operaciones se mantendrán sin cambios mientras los tribunales deciden sobre su futuro. Podría convertirse en la mayor quiebra de un año especialmente delicado en Estados Unidos.
Este operador con sede en el estado norteamericano de Kentucky, propietario de 13 casinos con unos 11.000 empleados, manifestó su imposibilidad de cubrir las deudas asumidas tras sus problemas de licencia en Atlantic City, en el estado de Nueva Jersey.
Según asegura el diario Wall Street Journal, el Tropicana, incumplió el viernes pasado el pago de un préstamo de 1.320 millones de dólares a Credit Suisse. Se da prácticamente por hecho que la empresa no realizará el pago, por lo que se dará automáticamente por terminado un acuerdo de morosidad que la compañía tenía con sus tenedores de bonos.
Una caída en el turismo y de sus valores inmobiliarios y un mercado de crédito que llevó a asumir deudas mayores a las posibles fueron citados como motivos para la quiebra. "Nos metimos en la tormenta perfecta", ha reconocido el portavoz de Tropicana, Hud Englehart.
El problema más serio, citado por las fuentes de Tropicana, fue la decisión de una Comisión de Control de Casinos de Nueva Jersey de revocar la licencia de la compañía para gestionar su casino en Atlantic City.
Una apuesta arriesgada
Wall Street Journal señala que la probable quiebra es el problema más reciente para la desafortunada incursión en la industria de las apuestas de William Yung III, dueño y ejecutivo principal de una cadena de administración de propiedades hoteleras. Yung expandió su presencia en el sector en 2006, tras derrotar a sus competidores en una guerra de ofertas por Aztar Corp., que poseía el Tropicana en Las Vegas y otras propiedades en un acuerdo por 1.940 millones de dólares
Después de asumir el mando, Yung comenzó a hacer grandes recortes de gastos en algunas de las propiedades, incluyendo el casino Tropicana de Atlantic City, lo que condujo a las autoridades a quitarle la licencia para operar el casino a finales del año pasado. El hotel ahora está bajo control estatal y a la venta (y no es parte del proceso de quiebra).