Empresas y finanzas

Las regasificadoras españolas están casi paradas por la escasa demanda

  • Por cuestiones de seguridad se ven obligadas a tirar una parte del gas y quemarlo

La seis plantas de regasaficación operativas, donde se transforma el gas natural licuado (GNL) importado por barco en gas, tienen unos niveles de actividad muy bajos y prácticamente durante todo el mes de junio (último mes del que se tienen datos) se han encontrado por debajo del mínimo técnico -la producción mínima que deben mantener por cuestiones de seguridad-.

Así consta en el último informe de la Comisión Nacional de la Energía sobre la supervisión técnica del sistema gasista, donde se alerta del bajo rendimiento de estas instalaciones, a excepción de la planta de Bilbao, que a su vez tiene una actividad muy baja.

La razón de este desmesurado desuso estriba en un hundimiento del consumo del mercado doméstico con el que no se contaba cuando se elaboró la Planificación energética del Gobierno. Además, el tirón de la demanda de gas por parte de Japón tras la catástrofe de Fukushima ha provocado que una parte importante del gas que llega por barco a las regasificadoras se desvíe a mercados con precios más caros.

A esto hay que añadir el crecimiento de las importaciones de gas por gasoducto, sobre todo a raíz de la puesta en marcha del tubo Medgaz, que une España con Argelia, una conexión que de momento no se ha consumado como fuente de abastecimiento del mercado europeo, principalmente por la oposición de Francia.

En concreto, las plantas de Mugardos, Huelva, Cartagena y Barcelona han estado los 30 días del mes de junio por debajo del mínimo técnico (suele ser un 10 por ciento de la producción). Por su parte, la planta de Sagunto ha estado 28 días por debajo del mínimo técnico y la de Bilbao, 5 días. Por motivos de seguridad y para evitar que se eleve la presión en los tanques, estas plantas deben tirar una parte de gas una vez se encuentran por debajo de la producción mínima. Es entonces cuando queman el gas y se enciende una antorcha en estas instalaciones, lo que provoca un cierto rechazo social.

Se trata de una situación bastante excepcional pero que a lo largo de este año se ha repetido en varias ocasiones principalmente por la confluencia de los factores ya mencionados.

No obstante, durante los meses de verano se suele agravar la caída de la actividad de estas infraestructuras. Así, en junio la regasificación disminuyó un 11,9 por ciento respecto al mes anterior y se mantuvo por debajo de las entradas por conexión internacionales, que alcanzaron el 68 por ciento, frente al 37 por ciento de las importaciones por barco. Del mismo modo, la carga de cisternas mantuvo la tendencia decreciente desde principios de año.

Como consecuencia de los precios de China, India, Japón y Corea, el 13,1 por ciento del Gas Natural Licuado descargado en junio se vuelve a cargar para exportar. En este sentido, se cargó gas en cuatro buques grandes: dos en Huelva, uno en Sagunto y el gas talón de un buque en la planta de Mugardos.

El regulador también hace hincapié en cómo está cerrado el mercado francés para la exportación. "Cabe destacar el descenso de la capacidad utilizada de exportación respecto al mes pasado en Larrau (73,6 por ciento), a pesar de que en el mes de abril se incrementara la capacidad nominal de esta", apunta el informe de la CNE, que también alerta de que a través de Irún sólo ha habido flujo físico de importación.

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