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El gobierno de Evo Morales y la petrolera hispano-argentina han acordado hoy que el Estado de Bolivia recupere la mayoría accionarial de su filial Andina, cuya administración y gestión será compartida. Además de Repsol YPF, Bolivia se ha hecho con el control de Chaco, hasta ahora en manos de la estadounidense Pan American Energy y British Petroleum, y de la operadora de gasoductos Transredes, de la firma de inversión británica Ashmore.
En un acto encabezado por el presidente Morales, el Gobierno de Bolivia y Repsol (REP.MC) rubricaron el contrato de compra-venta de acciones, cuando se cumple el segundo aniversario de la nacionalización de los hidrocarburos.
El director de Exploración y Producción de Repsol YPF en Argentina, Tomás García Blanco, destacó que este acuerdo da inicio a "una nueva etapa" en la que "vamos a conseguir una operación modélica conjunta" que "puede ser ejemplo de sinergia y de trabajo en equipo entre una compañía estatal y una compañía privada".
Nacionalización completa
De esta forma, el Gobierno boliviano ya gestiona las tres petroleras extranjeras presentes en el país, después de dos años desde que Evo Morales iniciara el proceso de nacionalización de los hidrocarburos.
Así lo aseguró la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en un nota. "Este 1 de mayo, día de los asalariados de Bolivia y el mundo, el Gobierno ha determinado dentro de su política económica gradual (...) adquirir los bonos de Transredes, Chaco y Andina, con el que selló la mayoría accionarial que alcanza al 50% más uno de las acciones", precisó el presidente de YPFB, Santos Ramírez.
Así, las instalaciones de Chaco y Transredes que están en Santa Cruz de la Sierra amanecieron bajo control policial por orden del gobierno para, según fuentes petroleras citadas por las prensa local, evitar que se extraigan documentos u otro tipo de bienes de las empresas.
El Gobierno había aprobado el 26 de marzo un decreto en el que se establecía el 30 de abril como plazo máximo para cerrar las negociaciones y asumir el control de las citadas compañías, así como de la Compañía Logística de Hidrocarburos Boliviana, un consorcio de capitales peruanos y alemanes.