Omar Lugo
Río de Janeiro, 30 abr (EFECOM).- El alza del precio de los alimentos ya alcanza a Brasil, uno de los graneros del mundo, pero para el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se trata de un fenómeno "pasajero", estimulado por la bonanza económica y por la mayor demanda de comida en las mesas de los pobres.
"Estoy feliz de que el pueblo esté comiendo más y quiero que coma más y cada vez coma mejor", dijo Lula a periodistas en Brasilia.
"La inflación es un desafío fácil de controlar, en la medida en que trabajemos para aumentar la producción de alimentos", agregó.
Brasil, es uno de los principales productores y exportadores mundiales de alimentos básicos como soja, frijol, arroz, frutas, maíz, azúcar, mandioca, café, carnes bovinas, porcinas y de pollo.
Pero en su mercado interno de casi 190 millones de habitantes los precios de estos productos también han subido con fuerza desde el año pasado, golpeando duramente a las clases más pobres.
"La inflación es mi preocupación cotidiana", admitió el presidente.
"Pienso que esa es una cosa estacional que resolveremos en el corto plazo y está bajo control. Tenemos una meta que está plenamente alcanzada", agregó.
La inflación en los alimentos avanzó el 4,25 por ciento en lo que va de año, muy por encima del índice general y ya casi alcanza la meta oficial de 4,5 por ciento para todo el año.
Pero los precios del menú básico de los brasileños han crecido mucho más que ese promedio.
En los últimos tres meses por ejemplo el arroz beneficiado subió el 53 por ciento, el fríjol negro el 31 por ciento (160 por ciento en un año), el maíz el 22 por ciento, el trigo el 71 por ciento y la soja el 6,0, según cálculos de la corredora "Mercado", una de las más importantes de la Bolsa de Mercaderías y Futuros de Brasil.
Esos aumentos al productor son repasados a las fabricas y de ahí a los consumidores, explicó a Efe el director de la corredora, Giuliano Ferronato.
Atribuyó esos aumentos especialmente al efecto global del desplazamiento de cultivos de trigo, arroz y soja en Estados Unidos para producir más maíz para fabricar etanol carburante.
El Banco Central de Brasil ha respondido al brote inflacionario elevando el tipo de interés básico referencial -hasta 11,25 por ciento anual- y amenaza con nuevos aumentos en el costo del dinero.
Economistas y empresarios han destacado que esta política podría frenar el crecimiento económico del país, que alcanzó el 5,4 por ciento en 2007. EFECOM
ol/cs
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