
La financiera hipotecaria andaluza, que está ahora en el punto de mira por las cláusulas suelo impuestas a sus clientes, registró el año pasado unas reservas negativas de 158 millones de euros y unos números rojos de 4,6 millones.
La filial hipotecaria de la antigua Cajasol no deja de dar quebraderos de cabeza como consecuencia de la elevada morosidad. Credifimo ha tenido que ser, de nuevo, asistida para reequilibrar su patrimonio ante las pérdidas por impagos.
El nuevo dueño de Cajasol, Caixabank, ha tenido que inyectar este año 85 millones de euros. La entidad catalana no es la primera vez que tiene que hacer frente a un agujero de Credifimo. A mediados del ejercicio pasado
Credifimo era una de las filiales de Cajasol. En sus más de 30 años de vida ha concedido unos 20.000 préstamos para la adquisición de vivienda y también para la compra de bienes de consumo.
Desde que comenzó la crisis, su situación se ha ido deteriorando paulatinamente. En 2011 su entonces propietario (Banca Cívica) vendió una cartera de créditos morosos de esta sociedad con el objetivo de limpiar el balance del grupo con vistas a la salida a bolsa. En concreto, se desprendió de financiación en estado de impago por importe de 41 millones. Ese año Cívica decidió cerrar todas sus oficinas.
Ampliación de capital
La inyección realizada por Caixabank en el primer semestre lo ha hecho a través de una ampliación de capital mediante una aportación en efectivo. Credifimo, tras esta operación, ha asignado 73 millones a cubrir la pérdida por el deterioro de la participación del 100 por ciento del grupo catalán.
Algunos clientes que cuentan con cláusula suelo en sus contratos hipotecarios muestran su malestar. Caixabank está dispuesto a negociar con ellos y con todos los afectados por esta condición para rebajar, caso por caso, el tipo de interés a la mitad, a pesar de que se sellaron con los términos de transparencia exigidos por la sentencia del Tribunal Supremo, que anuló las de BBVA, Novagalicia y Cajamar.
La entidad ha declarado que en su balance se incluyen 185.000 créditos hipotecarios con esta cláusulas, la práctica totalidad procedentes de Cajasol y de su filial Credifimo. Este volumen representa un 14 por ciento de los préstamos para adquisición de vivienda otorgados por el grupo.
BBVA, tras la sentencia de junio, eliminó las cláusulas suelo a todos los clientes y anticipó unas caída de los ingresos, como consecuencia de esta medida, de 420 millones de euros al año.
Ahora, el Banco de España analiza el impacto que podría tener en el conjunto del sector la retirada automática de esta condición. Las entidades le enviaron un informe detallado sobre el efecto que podría tener en sus cuentas.