
La Primavera Árabe se ha convertido en un auténtico maná para los principales países de Oriente Medio y algunos Latinoamericanos. La inestabilidad en el norte de África ha servido para que los precios del petróleo se hayan mantenido altos durante todo el 2012, una tendencia que no ha logrado desaparecer a lo largo de este año.
Este escenario de precios altos del crudo ha tenido un claro beneficiario, ya que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha logrado unos ingresos netos de 985.000 millones de dólares por las exportaciones de petróleo, lo que supone un incremento del 5% respecto a los datos del 2011.
Según las cifras facilitadas por el Departamento de Energía de Estados Unidos, esta desorbitante cantidad significa el mayor ingreso registrado por los países del cártel petrolero desde el año 1975, fecha desde la que se recogen estos datos.
Arabia Saudí, con 311.000 millones de dólares, ha sido el país que ha tenido mayores ingresos, pero se espera que a lo largo de 2013 y 2014 la cantidad a ingresar por los países miembros del cártel se reduzca, principalmente, por la posibilidad de que el propio Estados Unidos puede comenzar a exportar petróleo.
Las proyecciones del departamento de Energía de EEUU cifran en 940.000 millones de dólares los ingresos de la OPEP para 2013 y en 903.000 millones para el 2014, pero resulta llamativo que la previsión de demanda del cártel siga siendo alcista para estos años.
Entretanto, los datos de consumo de productos petrolíferos en España sigue siendo negativos. Según la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores) el consumo descendió un 7 por ciento entre abril de 2013 y el mismo mes del año anterior. Pero por primera vez desde enero de 2001, el incremento consumo combustible de automoción ha registrado un incremento del 2,2 por ciento, que compensa la caída del consumo de las gasolinas de un 0,9 por ciento.
Por su parte, los precios en las estaciones de servicio también han evolucionado al alza. Según los últimos datos presentados por la Comisión Europea, la gasolina y el gasóleo han registrado subidas del 1,5 por ciento y del 0,5 por ciento, respectivamente, a lo largo de la última semana.
El litro de gasóleo se paga de media a 1,37 euros, lo que supone un 2,4 por ciento más que a comienzos de este mes. Su precio está aún 15 céntimos por debajo del récord de 1,522 euros que alcanzó en agosto del año pasado.
Del mismo modo, el litro de gasolina se sitúa en 1,472 euros y acumula un encarecimiento del 2,1 por ciento en julio, lo que deja el coste de este carburante a solo 4,6 céntimos de su máximo histórico de 1,51 euros el litro que ya ha sido superado en algunas estaciones de servicio de Madrid.
En el encarecimiento de los precios de los combustibles desde 2008 ha sido cuestionado por la Comisión Nacional de Competencia. No obstante, las compañías insisten en que han ajustado sus márgenes para poder sostener el estancamiento del consumo.
En cualquier caso, el organismo que preside Joaquín García Bernaldo de Quirós se mantiene en sus afirmaciones y los inspectores de esta institución realizaron esta semana (el lunes y martes) nuevas inspecciones en las instalaciones de las petroleras para investigar posibles prácticas anticompetitivas en el mercado de distribución de combustible.
Competencia recordó en un comunicado que las inspecciones suponen un "paso preliminar" en el proceso de investigación y no prejuzgan el resultado de la investigación ni la culpabilidad.
Para poder librar la batalla a la caída del consumo las petroleras iniciado una guerra de precios en las estaciones de servicio. En concreto, las cuatro grandes petroleras tienen acuerdos comerciales con grandes superficies para ofrecer descuentos. Así, Cepsa y Carrefour han sellado un acuerdo para ofrecer a sus clientes un 4 por ciento del importe del repostaje para realizar las compras en hipermercados de esta marca, mientras que Repsol mantiene la alianza con el Corte Inglés. Además, han potenciado en los últimos años sus programas de fidelización.
Destaca la estrategia adoptada por la petrolera que preside Antonio Brufau, que se ha decantado por lanzar una red de gasolineras de bajo coste a modo de un proyecto piloto, tal como adelantó elEconomista. Bajo la marca Campsa Express, la compañía ya cuenta con diez establecimientos que ya compiten con hípers y cooperativas.