EURO STOXX 50®
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¿Le pesa el bolsillo? Normal, porque contiene la moneda más fuerte del mundo, el euro. Si no lo había notado, quizás lo compruebe con más claridad si realiza un fácil ejercicio: intente comprar un libro en Estados Unidos de ésos que aún no han llegado a España y que le ayude, además, a entender mejor la crisis financiera, como el último del gurú norteamericano, George Soros, titulado The New Paradigm for Financial Markets.
En Amazon, por ejemplo, le costará, con los gastos de envío incluidos, alrededor de 22 dólares, o, lo mismo que un libro de bolsillo en España, menos de 14 euros. En 2002, cuando se puso en circulación la moneda única europea, hubiera pagado por el libro casi 21 euros.
El lado oscuro
Que usted sea más rico en dólares es la cara amable de la subida del euro, porque existe otra peor que conocen las empresas de la Eurozona, que ven que sus productos pierden competitividad en los mercados -si no bajan los precios, son más caros que otros- y, que a su vez, sacan menos partido a la expansión al extranjero.
Son muchos los grandes valores que miran al mercado de divisas, porque dependen en buena medida de sus avatares. Sólo en el EuroStoxx 50, el índice de los pesos pesados del área de la moneda única, según datos de Bloomberg, más de una decena de sus compañías obtiene más de la mitad de sus ingresos fuera de la zona euro.
El fabricante de software alemán SAP (SAP.XE), o su compatriota aseguradora Aegon, elevan ese porcentaje por encima del 80% y, en lo que llevamos de 2008, el consenso de firmas de inversión ya les han revisado a la baja un 4 y un 11% la previsión de beneficios para este ejercicio, respectivamente. Entre las grandes exportadoras de la zona euro sólo a una, Siemens (SIE.XE), ha conseguido que se lo hayan mejorado.
Más nervios y presión
Hasta el momento, las grandes empresas de la zona euro habían aguantado estoicamente y en silencio la apreciación de la divisa. Pero algo está cambiando. Uno de los primeros indicios lo trajo el pasado jueves el informe Ifo alemán, que mide la confianza de los empresarios germanos. Según este indicador, los ánimos no estaban tan bajos desde enero de 2006, y entre las preocupaciones de quienes crean empleo en la principal economía europea aparece tanto el encaremiento del petróleo como la revalorización del euro.
Sólo en este año, la moneda europea se aprecia un 7% respecto al dólar; un 7,5% frente a la libra; un 0,3% frente al yen; y un 2,7% respecto al yuan (desde el año pasado, Asia se ha convertido en el principal mercado para las exportaciones europeas, desbancando a Estados Unidos). Estos avances han impulsado el cambio medio del euro en el año (que es el que sirve de referencia para calcular los beneficios empresariales). En 2007, se situó en los 1,3709 dólares. En lo que llevamos de año, ya asciende a 1,5166 dólares, mientras que en los cuatro primeros meses del año pasado el cambio medio fue de 1,3183 dólares, un 15% por debajo del actual.
Unos números que seguro que estaban sobre la mesa de Trichet el jueves, cuando afirmó que está preocupado sobre el impacto que el avance del euro pueda tener en la economía. Esto provocó el mayor descenso porcentual en una jornada del euro desde junio de 2004.
Los más perjudicados
Que los grandes líderes de la bolsa europeos tengan herramientas con las que combatir el ascenso del euro (realizar cobertura de divisas o diversificar sus centros de producción para adaptar sus costes), no quiere decir que todas las empresas cuenten con esas armas. "EADS (EAD.PA), cuyos costes de producción están en euros y sus ventas en dólares, sería un ejemplo de uno de los negocios más perjudicados", revela Bettina Gallego, gestora de renta variable de Inversis Banco.
Las farmacéuticas, porque pagan con euros las investigaciones y luego venden sus fármacos en cualquier parte del mundo (Sanofi-Aventis (SAN.PA) genera casi un 57% de sus ingresos fuera de Europa), y las automovilísticas (entre las que cotizan en el EuroStoxx, la más dependiente de otras divisas es Daimler), son algunos de los sectores más afectados por la apreciación del euro.
Si bien la subida del euro afecta especialmente a las compañías exportadoras o a las más internacionalizadas (desde enero la expectativa de beneficios para este ejercicio de ese grupo se ha reducido alrededor de un ocho por ciento frente al cuatro que ha caído de media la del conjunto del EuroStoxx), los expertos creen que su ascenso es un motivo de preocupación para los mercados, pero de segundo nivel.
¿Un mal menor?
"Cuando el euro batió los anteriores máximos hace años, las bolsas cayeron con fuerza. Pero eso no está ocurriendo ahora, ni con el avance de la divisa ni con el encarecimiento del crudo. El epicentro de los miedos son las derivaciones de las hipotecas basura. Además, es muy difícil predecir cómo afecta a cada compañía la subida del euro", explica Jaime Albella; gestor de BNP Paribas, "las más expuestas suelen realizar coberturas, aunque no ofrecen datos de forma pública; además, muchas de ellas tienen una protección natural (producen donde venden), por lo que realmente les afectaes la repatriación de los beneficios", indica.
"Evidentemente un euro a 1,60 dólares no es algo bueno, pero el mercado interpreta ahora que es un mal menor", añade este experto.
Para Albella, el efecto de una apreciación fuerte del dólar sería mucho más negativo: impactaría en la dañada economía americana, algo que podría provocar una moderación más acusada del crecimiento en la zona euro. De acuerdo con este experto, esto sí que podría dañar a los gigantes de la zona euro, porque el descenso en el crecimiento de la economía mermaría más sus beneficios que el ascenso del euro. Otros opinan que la divisa de la zona europea ha tocado techo.
En manos del BCE
Por ello, algunas firmas de inversión aconsejan en vez de dejar de lado a las grandes exportadoras, apostar ahora por ellas con el ojo puesto en el medio plazo. "Pensamos que el euro no puede apreciarse mucho más allá de los 1,60 dólares, por lo que, si al final el dólar se revaloriza, todos los efectos negativos que ha producido serán a la inversa", adelantan desde Inversis Banco, que apostilla que "el descenso comenzará en el momento que el BCE comience a bajar los tipos de interés".
Aunque aún se desconoce cuándo la inflación permitirá al BCE recortar el precio del dinero, la intervención de su presidente ayer si bien no ha dejado la puerta abierta a ello de manera clara, sí que parece que ha cerrado la que se abría frente a nuevas subidas. Y los grandes valores españoles también podrían sacar partido.
El año pasado, Telefónica (TEF.MC) generó casi la mitad de sus ingresos fuera de la zona euro, aunque España representó cerca de un 38%. En el caso de BBVA (BBVA.MC), México y Estados Unidos aportaron casi el 35% del beneficio atribuido, por lo que una apreciación del dólar sería favorable para el banco presidido por Francisco González. Ese porcentaje sólo se queda por detrás del casi 40% que aportó el negocio en España y Portugal.
En cuanto a Santander (SAN.MC), repatrió un 32% de su beneficio atribuido de Iberoamérica, y un 15% desde el Reino Unido; el resto, de Europa Occidental. Iberdrola también es menos española. De acuerdo con los datos del primer trimestre de 2008, un 53% de la producción de la eléctrica se genera fuera de las fronteras españolas.