
El presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, ha asegurado que todas las decisiones tomadas en la empresa "equivocadas o no" se adoptaron para "mantener viva" a la empresa, y ha añadido que tiene la "conciencia tranquila", dado que fue él quien encargó el informe independiente que ha elaborado KPMG.
Así lo ha indicado Fernández de Sousa al término de la reunión que el consejo de administración de Pescanova ha mantenido este jueves, convocada por Deloitte como el administrador concursal de la empresa.
La reunión tuvo carácter informativo, dado que en ella los administradores detallaron la marcha del proceso concursal de la empresa, la situación de la compañía y el informe 'forensic' de KPMG hecho público ayer.
Al respecto de este informe, el accionista de Pescanova Damm ha señalado hoy que "es contundente" y que el presidente Fernández Sousa "está ya amortizado, y que lo que sorprende es que no haya presentado aún su dimisión".
Reunión en Madrid
A la reunión del consejo, que tuvo lugar en Madrid, no asistieron ni el hijo ni el hermano del presidente, Pablo Javier Fernández Andrade y Fernando Fernández de Sousa-Faro, respectivamente.
De su lado, fuentes oficiales de Deloitte se han limitado a indicar que se "trató de una de las reuniones habituales dentro de los procesos concursales, donde se detalla la marcha de la compañía".
La reunión tuvo lugar después de que ayer miércoles se hicieran públicas las conclusiones del informe de KPMG, que constata prácticas contables para ocultar deuda, "instruidas, ejecutadas, llevadas a cabo o conocidas" por miembros de la cúpula directiva de Pescanova, e indica que la empresa tiene una deuda de 3.281 millones de euros y un patrimonio neto negativo de 927 millones de euros.
Tras la reunión y respecto a este informe , el presidente ha señalado que el consejo de Pescanova "ya notificó en su momento" errores a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "Yo notifiqué que había errores e irregularidades en el hecho relevante del 12 de marzo a la CNMV y el informe se contrató para poner de manifiesto con claridad todos esos errores que pudiera haber", aseveró el presidente.
"Si no tuviera la conciencia tranquila, no habría encargado el 'forensic', y lo hice a voluntad propia y porque era nuestra obligación. Si tuviera algo que ocultar, obviamente no lo hubiera hecho", ha declarado.